divendres, 17 de gener del 2014

ELECTROSENSIBLES Y SENSIBILIDAD QUIMICA MULTIPLE

EHS y SQM. ¿DOS CARAS DE LA MISMA MONEDA?. Congreso celebrado en Roma el 14 de junio de 2011 (reseña en español  de Francesca Romana, vicepresidenta de AMICA)
El siguiente documento nos ofrece de forma breve y clara un resumen en
español de las interesantes investigaciones expuestas por los ponentes del Congreso celebrado en Roma, en junio de 2011, sobre electrohipersensiblidad (EHS), y su relación con la sensibilidad química múltiple (SQM).
La reseña está realizada por Francesca Romana, vicepresidenta de la asociación italiana AMICA.
Agradecemos su envío a MI ESTRELLA DE MAR a Raquel Montero, vicepresidenta de la asociación SFC-Madrid (*) de síndrome de fatiga crónica (SFC) y sensibilidad química múltiple (SQM), afectada de SQM grave,(al igual que a su presidenta, María Matallana, afectada de SFC)
(*) A pesar de ser una asociación llevaba por dos personas con un alto grado de nuestras patologías, la profesión que ambas realizaban antes de su enfermedad (una en el campo sanitario y otra como docente universitario), queda patente en la eficaz organización que han realizado alrededor de una serie de puntos y acertados servicios prácticos -legales, de salud, de apoyo físico...- para los asociados, que realmente son los que el afectado suele necesitar en su vida diaria, aparte del lógico asesoramiento en sus enfermedades. De estas prestaciones destaca la recomendación que hacen de servicios, tratamientos y profesionales probados por los socios y/o en condiciones ventajosas como la fisioterapia a domicilio o la osteopatía; la provisión de voluntarios para acompañamientos y gestiones administrativas; y la asesoría jurídica gratuita; aparte de otros servicios, que pueden verse.
                                                                                                                http://www.sfcsqm.com/

16.09.2011 Hipersensibilidad electromagnética y sensibilidad química múltiple: ¿dos caras de la misma moneda? EHS-SQM / EHS-MCS. ¿Dos caras de la misma moneda?. Resumen español  congreso AMICA (Roma. 14.06.11.... Por: Francesca Romana Orlando, periodista y vicepresidenta de A.M.I.C.A. Varios expertos de diferentes países europeos coinciden en afirmar que la hipersensibilidad electromagnética es una enfermedad real, física, y para algunos de ellos esta condición parece estar estrictamente relacionada con la sensibilidad química múltiple (SQM). Esta es la conclusión del Congreso "Telefonía móvil, Wi-Fi, Wi-Max: ¿existen riesgos para la salud?", que se celebró en el Palacio Marini - Cámara de los Diputados, en Roma el 14 de junio de 2011. El evento, organizado por la Asociación para el Medio Ambiente y el Daño Crónico Tóxico (A.M.I.C.A.), tuvo como objeto proporcionar una visión general sobre los peligros para la salud vinculados a la utilización de dispositivos inalámbricos. El profesor Dominique Belpomme, oncólogo, profesor del hospital universitario pediátrico Necker, jefe de investigación de la lucha contra el cáncer (ARTAC), mostró en su conferencia "Protocolos diagnósticos y terapéuticos para la intolerancia a los campos electromagnéticos", los resultados de un estudio basado en la observación clínica de más de 450 pacientes registrados entre 2008 y 2011. Él y su equipo utilizan una técnica nueva para diagnosticar a personas que refieren reacciones a los campos electromagnéticos, una condición que prefiere definir como "intolerancia a los campos electromagnéticos" o "síndrome de ICE" en lugar de "hipersensibilidad electromagnética". La nueva técnica es el "Eco-Doppler pulsado" del cerebro, que combina el eco-doppler con un equipo para evaluar la perfusión cerebral. A diferencia de otros métodos, no es peligroso y no implica ninguna radiación ionizante. Los resultados muestran que las personas con intolerancia a los campos electromagnéticos tienen una perfusión reducida en el cerebro, especialmente en la parte izquierda del área límbica del cerebro, en comparación con el grupo de control. Esta es un área muy particular, porque es la parte del cerebro más antigua en el control de muchas funciones corporales.




"Estos resultados son muy importantes”, comentó Belpomme en el Congreso, “porque por primera vez, somos capaces de definir la intolerancia a los campos electromagnéticos como una enfermedad física basándonos en pruebas objetivas". Su equipo también utiliza otras pruebas, como la dosis de histamina, de proteína S100B y de shock por la proteína hsp70 y hsp27 en sangre. El 70% del grupo de los pacientes observados mostró una severa disminución de los niveles de vitamina D, aproximadamente el 1-2% de los pacientes un aumento de las proteínas hsp27 y hsp70, mientras que más del 40% de la muestra tuvo una alta cifra de histamina, un hecho totalmente compatible con una interpretación fisiológica de este síndrome. En torno al 10% de los pacientes tuvo una alta cantidad de proteína S100B, que es un marcador de la permeabilidad de la barrera hemática cerebral (BBB). En la tercera parte de la muestra de pacientes, se observó una reducción de la melatonina en la orina, lo que puede explicar síntomas como la fatiga, el insomnio y la depresión en estos pacientes. Estas alteraciones son bastante similares a las que se presentan en pacientes con sensibilidad química múltiple (SQM), particularmente en lo que se refiere a la reducción de la perfusión cerebral, la inflamación neurogénica, el aumento del estrés oxidativo y la reducción de los mecanismos de defensa. El hecho de que los campos electromagnéticos (CEM) induzcan la apertura de la barrera hematoencefálica (BBB) puede interferir en la protección del cerebro frente a los productos químicos tóxicos.

De hecho, no es infrecuente que los pacientes con síndrome de ICE tengan síntomas de SQM, mientras que muchos pacientes con SQM también reaccionan a los CEM. El aumento del estrés oxidativo en pacientes electrosensibles fue identificado por la doctora Valeria Pacifico, que ofreció en Roma una conferencia sobre los "Desequilibrios de los biomarcadores metabólicos de óxido-reducción y la susceptibilidad a la radiación no ionizante". Ella trabaja en el equipo del Dr. Chiara De Luca en el laboratorio Experimental BILARA del Istituto Dermopatico de Immacolata en Roma, que ha publicado varias obras sobre el papel del estrés oxidativo en la sensibilidad ambiental [1, 2]. "Para hacer un diagnóstico de este síndrome es necesario escuchar primero a los pacientes y verificar si esos síntomas mejoran ó desaparecen al alejarse de las fuentes de radiación electromagnética”, explicó el profesor Belpomme. Para demostrar si los campos electromagnéticos son la causa real de las alteraciones encontradas en estos pacientes, los pacientes tuvieron que repetir las pruebas antes y después de un período de tres meses de alejamiento de las fuentes de radiación electromagnética. Los resultados muestran que después del período de evitación, los niveles tienden a normalizarse.

Dada la fuerte correlación encontrada por seis estudios epidemiológicos sobre la exposición a las radiaciones electromagnéticas y la enfermedad de Alzheimer, el prof. Belpomme cree que a todo paciente electrosensible con alteraciones de la memoria debe descartársele el padecimiento de la enfermedad de Alzheimer. Insiste en destacar el hecho de que el Alzheimer es una pérdida de memoria a largo plazo, mientras que el síndrome de intolerancia electromagnética a menudo implica la pérdida de memoria a corto plazo, pero este síntoma puede ser considerado como una condición pre-Alzheimer. El profesor Olle Johansson, profesor asociado de la Unidad de Dermatología Experimental del Departamento de Neurociencias del Instituto Karolinska y profesor del Instituto Real de Tecnología de Estocolmo, conferenció en Roma sobre "El principio de precaución: de la Bioinititive al consenso de Seletun". Dedicó su conferencia a las personas afectadas por la intolerancia electromagnética y el síndrome de sensibilidad química múltiple porque "tienen una vida muy difícil".

Él es uno de los científicos más dedicados a la promoción de las nuevas directrices de seguridad basadas en la biología de los campos electromagnéticos. Acudió a Benevento para la resolución ICEMS en 2006, luego a Londres en 2007 para una nueva resolución, y también fue miembro del grupo de científicos independientes que publicó el famoso Informe BioInitiative en 2007, que tuvo un eco importante en la agenda política. De hecho, gracias a este informe el Parlamento Europeo firmó una resolución el 4 de septiembre de 2008, para exponer que los límites de seguridad actual para los campos electromagnéticos (CEM) están obsoletos y para advertir a los gobiernos de la UE sobre el incremento de nuevas enfermedades de origen ambiental como la intolerancia electromagnética (EHS), el síndrome de sensibilidad química múltiple (SQM) y el síndrome de las amalgamas dentales de mercurio. Más recientemente, el prof. Johansson formó parte del grupo de científicos que elaboró el Consenso de Seletun, publicado en febrero pasado, con las revisiones sobre Salud Ambiental [3]. En él se indica que las normas actuales no protegen a la población mundial de los campos electromagnéticos y que éstos deben reducirse ya, en lugar de esperar a las evidencias definitivas de peligro. También establece que debería considerarse la incapacidad funcional a las personas que aquejan síntomas de electrosensibilidad. En Suecia, por ejemplo, la EHS, la SQM o la fibromialgia ya están clasificadas como incapacidades laborales. Esto significa que las personas afectadas por estas condiciones no son consideradas enfermas, pero el ambiente les produce limitaciones, por lo que el ambiente tiene que ser cambiado. Este tipo de clasificación representa la concreción plena de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, firmado por los gobiernos el 30 de marzo de 2007. Este convenio debería ser suficiente para obligar a todos los gobiernos a encontrar el emplazamiento adecuado y las mejores estrategias de bienestar para las personas con sensibilidad ambiental y poner fin a la discriminación.

[1] De Luca C. et al. Biological definition of multiple chemical sensitivity from redox state and cytokine profiling and not from polymorphisms of xenobiotic-metabolizing enzymes. Toxicology and Applied Pharmacology, YTAAP-11818; Nº. of pages: 8; 4C. [2] De Luca C. et al. The Search for Reliable Biomarkers of Disease in Multiple Chemical Sensitivity and Other Environmental Intolerances. Int. J. Environ. Res. Public Health 2011, 8, 2770-2797; doi:10.3390/ijerph8072770. [3] Fragopoulou A. et al. Scientific panel on electromagnetic field health risks: consensus points, recommendations and rationales. Rev Environ Health. 2010 Oct-Dec;25(4):307-17.

El enemigo está dentro
Madrid, 11 may. (COLPISA, A. P.)
Nadie puede sentirse libre de la SQM. Vivimos rodeados de químicos potencialmente tóxicos que, a fuerza de uso, se nos aparecen como normales. Sólo en la UE hay registrados más de 140 compuesto químicos. De la mayoría se desconocen sus efectos. En 2003 Greenpeace analizó el polvo doméstico de un centenar de hogares en cinco países europeos, Francia, Alemania, Eslovaquia, Italia y España. El resultado daba miedo. Laboratorios independientes del Reino Unido hallaron cinco grupos de sustancias de riesgo potencial para la salud. Alquifenoles -usados en cosméticos y productos de higiene personal-, capaces de alterar el sistema endocrino; ésteres de ftalato, usados para ablandar plásticos y peligrosos para el sistema reproductor; compuestos organoestánnicos, estabilizadores del PVC y acaricidas, dañinos para el sistema inmunológico; sustancias químicas bromadas que atacan al tiroides, y parafinas cloradas, usadas en plásticos, pinturas y gomas, carcinógenas. De media, cada gramo de polvo analizado contenía un miligramo de los cinco grupos citados, así como otras sustancias químicas artificiales, incluidos pesticidas.


Un año después WWF certificó la presencia de sustancias tóxicas en la sangre de 14 ministros de Medio Ambiente europeos y altos cargos de sus departamentos dentro de la campaña ‘Detox'. De las 103 sustancias de siete familias químicas analizadas, 52 estaban presentes en la sangre de los responsables del ministerio español, dirigido entonces por Cristina Narbona. Ella, por cierto, dio los niveles más altos de contaminación química, por compuestos como organoclorados, ftalatos, retardantes etc,, presentes en alimentos, plásticos, productos de limpieza, pesticidas e incluso en aguas con sistemas deficientes de depuración.

En 2006 la UE aprobó su legislación REACH, que obliga a la industria química a registrar todos sus compuestos y certificar sus efectos potenciales sobre la salud humana y los ecosistemas. "Es un buen instrumento pero se ha avanzado poco en su implantación", dice Sara del Río, de Greenpeace. De momento, apenas se han eliminado del mercado 29 sustancias de las 1.500 sustancias químicas que debieran desaparecer. "A este ritmo se necesitarán tres siglos", concluye.
 Vea el artículo publicado en:
"El Diario Montañés" - Exilio interior

El Gobierno de Nueva Zelanda Instado a financiar la investigación sobre Impactos del Wifi

La última investigación de Suecia sobre el uso de teléfonos móviles ha encontrado que las personas que utilizan un teléfono móvil durante más de un año tienen un 70 por ciento más de probabilidades de desarrollar cáncer cerebral que los que utilizaron los dispositivos menos de un año.
La investigación, que fue publicada en la revista revisada por pares International Journal of Oncology , es el tercer artículo de una serie sobre el uso de los teléfonos móviles, incluyendo teléfonos celulares y teléfonos inalámbricos, y el riesgo de tumores cerebrales malignos y no malignos, llevado a a cabo por el Dr. Lennart Hardell y sus colegas.
A raíz de la investigación Safer Wireless Technology New Zealand Incorporated (SWTNZ) está instando al Gobierno a financiar la investigación sobre los impactos en la salud de las radiaciones electromagnéticas, como Wi-Fi y dispositivos inalámbricos relacionados, así como torres de recepción celular, llegar a ser más ubicua.
El portavoz de SWTNZ Dr Stuart Reuben – un cardiólogo jubilado -, dijo que Nueva Zelanda está en la cola de  la investigación de los efectos de la radiación electro-magnética y encima está apoyando un esfuerzo agresivo para asegurar que el WIFI esté instalado en todas las áreas del país, incluidas las escuelas.


“El Gobierno de Australia está aportando $ 5 millones en los próximos cinco años hacia la investigación sobre los efectos de la radiación electromagnética de los teléfonos móviles, tablets, routers inalámbricos y otras tecnologías inalámbricas, mientras que este Gobierno sigue enterrando su cabeza en la arena en el tema”, dijo el Dr. Rubén.
“Nuestro Gobierno sigue afirmando que no hay vínculos probados entre la radiación electromagnética y de los principales problemas de salud como el cáncer, aunque hay muchísima investigación en el extranjero para mostrar que lo contrario es cierto, de hecho,” dijo. ”La Organización Mundial de la Salud ha clasificado la radiación del teléfono móvil como un carcinógeno 2B, que es la misma clasificación que el DDT tiene“, dijo.

Dr. Rubén dice que el estándar de Nueva Zelanda para el nivel máximo permitido de radiación electromagnética es una de las más altas del mundo. ”En Nueva Zelanda, el nivel máximo es de 450 microvatios por centímetro cuadrado, en comparación con Suecia, que tiene un nivel máximo de sólo 1 microvatios por centímetro cuadrado”, dijo el Dr. Rubén. ”Y sin embargo, los suecos todavía se las arreglan muy bien con la última tecnología inalámbrica.
“El ejemplo sueco plantea la pregunta de por qué necesitamos un nivel tan alto aquí”, dijo. ”Estoy seguro de que las empresas de telecomunicaciones en este país que están pagando grandes sumas de dinero para el Gobierno cada año para instalar transmisores inalámbricos en cada posible rincón en medio de nuestros hogares, escuelas, lugares de trabajo, áreas recreativas y zonas comerciales argumentan que en realidad no se acercan a los niveles máximos permitidos para la radiación electromagnética – pero ¿ quién lo puede comprobar ?, porque el cumplimiento y seguimiento de los niveles es mu poco frecuente “.

“En muchas partes de la India han comenzado a desmantelar las torres de celulares alrededor de las escuelas debido a la investigación que muestra los impactos en la salud de los niños -, mientras que nuestro Gobierno insiste en que Ipads (uno de los emisores más altos de radiación electromagnética) están disponibles en todas las escuelas,” Dr. dijo Reuben.
“Lo que la investigación en el extranjero  apunta  es que si seguimos permitiendo que nuestros hijos sean expuestos a altos niveles de radiación electromagnética, muchos de ellos son muy propensos a ser diagnosticados con leucemia y los tumores cerebrales en unos pocos años.¿Esto es realmente algo que estamos dispuestos a asumir, cuando nuestros hijos pusieron sus vidas en nuestras manos? ”
SWTNZ quiere el Gobierno para poner los fondos en la investigación de los impactos en la salud de las radiaciones electromagnéticas de la tecnología inalámbrica, las torres de celulares, teléfonos celulares y otros dispositivos relacionados, de manera que los niveles permitidos por centímetro cuadrado en Nueva Zelanda se bajan.
“Incluso si a la mitad el nivel de 225 microvatios por centímetro cuadrado, todavía tendríamos un nivel que es 225 veces mayor que Suecia, y más alto que muchos otros países en el mundo que disfrutan de la última tecnología inalámbrica”, dijo el Dr. Rubén.
Un estudio preliminar de Nueva Zelanda lleva a cabo por un estudiante de doctorado de la Universidad de Victoria el año pasado sobre los efectos del comportamiento de la tecnología inalámbrica en los adolescentes que se publicó en Salud Ambiental de este año encontró que la exposición prolongada a la radiación electromagnética causada irritabilidad, trastornos del sueño, falta de concentración y letargo. Sin duda, es importante que la Universidad de Victoria resolvió que las emisiones de los transmisores en su propiedad no debe exceder de 3 microvatios por centímetro cuadrado.

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