dimarts, 27 de novembre del 2018

La pirámide de Sekhemkhet
Cartucho de Sekhemkhet Horus Sekhemkhet


Sekhemkhet fue el tercer rey de la III dinastía egipcia, Site Meter sucesor de Djeser. Antes de 1951 se sabía muy poco de este rey, sucesor de Dyoser,  hasta el punto que había sido confundido con Semerkhet, el penúltimo rey de la dinastía I; sin embargo, entre 1951 y 1959, los trabajos de Z. Goneim pusieron al descubierto los restos de su pirámide escalonada (de 120 m de lado), situada en una loma no lejos -y al sudoeste- de la pirámide también escalonada de Djeser, en Saqqara. 
Entre el material encontrado se recogieron, además de un sarcófago de alabastro vacío y otros objetos de oro, numerosas jarras con improntas con el nombre del Horus Sekhemkhet, nombre que también apareció, junto al de Sanakht, en una inscripción del Uadi Maghara (en el Sinaí), unido a tres representaciones suyas esculpidas en relieve en una de las paredes rocosas de esta zona, lo que prueba una expedición a dicha zona en busca de metales y piedras preciosas.  En dos de estas representaciones el rey aparece con la corona blanca, junto con su nombre dentro de un serej; en la otra, con la corona roja.
El nombre neswt bity de Sekhemkhet, Djerserti o Djser-teti, aparece en las Listas reales de Saqqara y en el Papiro real de Turín, mientras que en la de Abidos se le llama Teti, documentos que le atribuyen un reinado de seis años. Manetón, que le llama Tyreis, le adscribe un año más de gobierno, esto es, siete. Sekhemkhet fue sucedido por el Horus Khaba. 
¿Dónde está la pirámide? Me preguntaban mis colegas profesionales de forma socarrona, y no tenía respuesta, lo que sí tenía era una gran fe en que encontraría lo que estaba buscando en algún lugar debajo de la inmensidad de arena.

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ZAKARIA GONEIM

El hombre que encontró la pirámide perdida de Sekhemkhet fue el brillante y desdichado excavador egipcio Zakaria Goneim, conservador de la necrópolis de Sakkara. Muy intrigado porque hasta el momento sólo se hubiera encontrado un monumento de la III Dinastía, la pirámide escalonada de Djoser, observó que al sudoeste del muro de Djeser había una meseta que en los mapas aparecía como una formación natural, lo que le resultaba muy extraño por la cantidad de fragmentos de piedra labrada y de restos de mampostería, por lo que decidió investigar el terreno a finales de septiembre de 1951. La pirámide fue construida sobre una superficie desigual de la roca, así que los constructores tuvieron que nivelar el terreno. 

Lo primero que halló fue una sección del muro perimetral en ruinas,  con una altura de 8,2 metros, situado sobre la roca. Más tarde descubrió una enorme plataforma, de unos 518 metros en su eje norte a sur, el más largo y unos 183 metros de ancho, que era la base sobre la que se había construido un muro del tipo "fachada palacial", al que Goneim llamó "Muro blanco", parecido al muro perimetral del  complejo de la pirámide de Djoser. Este muro tendría aproximadamente 550 x 180 metros. Inicialmente el proyecto consistía en un recinto rectangular de unos 265 x 180 metros. Al parecer, cuando ya se habían construido 46 metros de muro con seis hileras de bloque, el proyecto sufrió una gran modificación que supuso la ampliación en sentido norte-sur (188 hacia el norte y 97 al sur). Los restos de este muro alcanzan actualmente una altura de 3 metros.




Poco después se descubrió que uno de los bloques contenía una inscripción en tinta roja, "Imhotep" (nombre del arquitecto de Djoser), lo cual parece indicar que éste fue su constructor, ya que, por otra parte, durante la excavación se encontraron elementos que aparecían en el complejo funerario de Djoser. 

Finalmente, el 29 de enero de 1952, cuando la primera campaña estaba a punto de concluir, Goneim desenterró  lo que identificó como:

"una serie de muros independientes, sucesivos, cada uno con una inclinación de 75 grados hacia dentro, mientras que las piedras formaban un ángulo recto respecto a los muros". 

La construcción no era una pirámide cualquiera, era una pirámide escalonada.


Se desconoce si la base fue diseñada para sustentar seis o siete escalones. El caso es que la obra fue abandonada, posiblemente por la muerte de Sekhemkhet,  tras un corto reinado de seis años, y solo se conservan unas pocas hileras de piedra (7 metros) y la estructura de las cámaras que formaban la parte subterránea del edificio. La pirámide tendría probablemente una base de un cuadrado de aproximadamente 120 metros de lado. Según Lehner, si la pirámide fue diseñada para siete escalones, habría tenido 70 metros de altura, más alta que la de Djoser. 




Y a pesar del aparente vacío y del escaso valor arqueológico de los restos, lo cierto es que su excavación ha supuesto, con el paso de los años, un extraordinario espaldarazo para todos aquellos que creen que las pirámides egipcias no fueron tumbas. 
La búsqueda de la entrada a las cámaras subterráneas de Sekhemkhet comenzó en enero de 1954. En la pirámide de Djoser, dicha entrada estaba situada en la cara norte, a una cierta distancia de la pirámide propiamente dicha, bajo el templo funerario del rey. Al limpiar de arena la vertiente norte de la pirámide de Sekhemkhet,  Goneim encontró una estructura similar, pero no había ni rastro de una posible entrada a las estancias subterráneas.

Desplazó a sus hombres un poco más al norte, al punto en el que se apreciaba una amplia depresión en la arena. Allí estaba la entrada: 

"Una larga zanja excavada en la roca, cerrada en la parte superior por unos muros de sustentación".


En el extremo norte de la plataforma de la pirámide encontró una profunda rampa en trinchera tallada en la roca, que llegaba hasta una puerta sellada. Milagrosamente la mampostería del umbral estaba intacta, aunque la parte derecha del mismo había sido reconstruida en la antigüedad; el gran público siguió con enorme interés la apertura de la puerta de la pirámide, hecho que tuvo lugar el 9 de marzo de 1954.

El excavador derribó parcialmente el muro y saltó a un corredor lleno de escombros. A medida que se fue limpiando el lugar, fueron apareciendo cientos de recipientes funerarios hechos en piedras duras y blandas, apilados a lo largo del pasillo de un modo similar al de la pirámide de Djoser. Entonces llegó la sorpresa: oro, 21 brazaletes, una vara de oro hueco, una espléndida caja en forma de concha, un par de pinzas de electro, una aguja, cuentas de oro, carnalina, fayenza: contenidos de un cofre de madera ya descompuesto. Junto a estas piezas se hallaron también una jarras selladas e inscritas con el nombre de Sekhemkhet, recipientes de cobre y herramientas de cobre y una placa de marfil en la que aparecían los nombres "dos damas" del titular de la pirámide: Djesert-yankh. También encontró 62 papiros de la vigésima sexta dinastía escrita durante el reinado de Ahmose II

A unos 31 metros de la entrada, en el lado oeste del corredor, una puerta conducía a un segundo pasillo, que a su vez llegaba hasta una galería en forma de U que contenía 132 pequeños almacenes; una distribución similar a la de la de la pirámide de Zawiyet el-Aryan o la tumba, mucho más tardía de los hijos de Ramsés II, la KV5, en el Valle de los Reyes.

En su trabajo, Goneim pudo percatarse de que la pirámide escalonada contaba con varias particularidades hasta ese momento inéditas en otras construcciones similares. Por un lado, se descubrió que junto a la pirámide había rampas "in situ" que, sabedores de que esta pirámide nunca fue finalizada, serían una prueba más en favor de los que todavía creen que las pirámides se construyeron mediante rampas.

La excavación del corredor principal se prolongó hasta el mes de mayo de 1954. El trabajo era cada vez más complicado y menos prometedor, hasta que los excavadores dieron con una puerta excavada en la roca, tapiada con mampostería de 3 metros de grosor. El 31 de mayo de 1954 Goneim y su ayudante consiguieron pasar a través del agujero que habían hecho en el muro, a una enorme cámara funeraria inacabada, en cuyo centro se encontraba un sarcófago rectangular de alabastro traslúcido, tallado a partir de un solo bloque. No parecía que los ladrones hubieran entrado en la tumba después de haber sido sellada, así que el sarcófago aparecía sorprendentemente intacto, cerrado y sellado desde que se colocó allí hace casi cinco mil años, con lo que se identificó como una corona de flores sobre la tapa y acompañado de ciertos tesoros (diademas, brazaletes o collares).

Una vez de pie encendimos la lámpara. El espectáculo era maravilloso. En medio de una cámara excavada en la roca yacía un magnífico sarcófago de alabastro. Nos acercamos. Lo primero que pensé fue: "¿Estará intacto?".

ZAKARIA GONEIM



Lo estaba. El sistema de sellado era realmente curioso: un panel de calcita corredizo colocado en posición vertical, el cual no presentaba huellas de haber sido manipulado. Sobre el sarcófago aún había una corona funeraria: 

"La fortuna nos sonríe".

Todos los indicios apuntaban a que ésta era la tumba de Sekhemkhet, de la dinastía III. No fue hasta un mes después cuando el sarcófago reveló su secreto a un selecto grupo de egiptólogos. Era el 26 de junio de 1954. Se colocó un andamio sobre el panel corredizo al que se ató una cuerda para poder levantarlo. Poco a poco el bloque, de 227 kg comenzó a ceder, centímetro a centímetro. Dos horas más tarde la tapa se había elevado lo suficiente como para que Goneim pudiera echar un vistazo: 

Me hinqué de rodillas sobre el suelo ... El sarcófago estaba vacío". 



La decepción fue enorme.
Los análisis realizados en los restos de polvo hallados en el interior del sarcófago de alabastro no daban ninguna muestra de que hubiera sido ocupado alguna vez. Y no tardaron en surgir las primeras voces que reconocían que, en realidad, las pirámides nunca fueron verdaderas tumbas.

La respuesta de Goneim fue que la pirámide en sí no era otra cosa que un cenotafio. A esto añadiría que la verdadera cámara funeraria se hallaba en los aledaños de la pirámide, lo que de alguna forma justificaba el hecho de que la pirámide estuviera inacabada, pero con todo el ajuar depositado en la cámara principal.

Mientras otros afirmaron que se trataba de un recurso más, utilizado por los antiguos egipcios con el fin de dificultar la tarea de los posibles ladrones, tal y como constatamos en otras pirámides como la de Amenemhat III en Dashur, consistente en un verdadero laberinto de galerías y cámaras supuestamente sepulcrales, el arqueólogo Jean Fhilippe Lauer ofreció pruebas sobre los movimientos que había sufrido el sarcófago en la antigüedad, tiempo después de haber sido cerrado, hecho que contradijo la primera hipótesis de Goneim.

Lauer afirmaba que el ramillete de flores que se encontró sobre la tapadera del sarcófago y que en un primer momento se interpretó como tal, se trataba realmente de los restos descompuestos de una palanca de madera usada por los ladrones para forzar el sarcófago.
Durante los trabajos de limpieza del corredor de acceso ocurrió un accidente que costó la vida a uno de los trabajadores de Goneim, que murió asfixiado. Un manto de tristeza cayó sobre la excavación. 

"Sentía un extraño desasosiego -escribió Goneim . Me resulta dificil describir mis sentímientos ... era una mezcla de temor, curiosidad e incertidumbre ... Sentía que la pirámide tenía una personalidad, la personalidad del rey para el que fue construida y que continuaba vagando en su interior.". 

Más tarde Goneim fue falsamente acusado de tráfico de antigüedades y se suicidó en el Nilo en 1959 cuando su amigo el profesor Lauer ya había encontrado pruebas de su inocencia.
Otros continuaron su labor. Jean-Philippe Lauer, tratando de resolver el misterio de la pirámide de Sekhemkhet, reanudó los trabajos en el lugar. El objetivo de Lauer era descubrir la tumba meridional de Sekhemkhet, ya que las investigaciones en la Pirámide Escalonada indicaban que posiblemente se encontrase en el mismo lugar que la pirámide "perdida". Sus excavaciones demostraron lo que ya Goneim sospechó: que el complejo funerario de Sekhemkhet duplicó su extensión durante el proceso constructivo, lo que significaba que ninguna tumba meridional, si es que existía, estaría ubicada en las proximidades de la pirámide propiamente dicha. La tumba fue descubierta bajo una mastaba completamente destruida, entre los años 1965 y 1967, precisamente en la cara sur. Bajo el ángulo occidental existía un enorme pozo de 3 metros, que llevaba hasta un corredor. Aquí hallaron un sarcófago de madera descompuesta, de estilo antiguo, y en su interior los huesos de un niño de dos años, presumiblemente un príncipe, saqueado poco después del sepelio. Sekhemkhet volvía a burlar a los excavadores, aunque, como Lauer observó, aún no se habían excavado los subterráneos de la pirámide.



La tumba de Sekhemkhet es la mayor de una serie de pirámides "perdidas" cuya búsqueda aún continúa. Es el caso de las pirámides de las reinas de la dinastía VI Meritites y Ankhesenpepi II (descubiertas al fin por el arqueólogo francés Audran Labrousse, en 1995 y 1998 respectivamente). Otras muchas se han interpretado a lo largo de los años de un modo erróneo, y sólo recientemente se ha conocido su verdadera identidad, como las "mastabas" de Khuwit, en Sakkara (descubiertas por Zahi Hawass), o las tumbas de las reinas situadas al sur de la pirámide de Sesostris II, en Dahshur.

Fuentes:

Crónica de los faraones
Peter Clayton

El antiguo Egipto: Los grandes descubrimientos
Nicholas Reeves

dilluns, 12 de novembre del 2018

ELIMINACION DE IMPLANTES


ELIMINACION DE IMPLANTES
 
2 HORAS

Respira con un ritmo 5-2-5-2. visualiza partículas doradas que penetran en tus células y las limpian, durante un minimo de 3 minutos.


 
Expresa gratitud a cada uno de los aparatos e implantes que te han permitido llegar hasta hoy.

Pide en voz alta la ayuda de tus células pues ellas poseen todo el poder del Universo. Agradeceles la calidad de amor del que impregnan cada parte de tu cuerpo.

A continuación pide la ayuda de los grandes maestros de la galaxia a fin de que ellos lleven al mas alto nivel de conciencia actual tu búsqueda y petición y os liberen de todos los pactos y acuerdos pasados de otros tiempos y lugares.

Les pedimos encontrar las palabras que están de acuerdo con vuestra alma. La energía que pongaís en las palabras escogidas es esencial. No os inquieteis por nada mas.

Pedid la ayuda de vuestra alma, es ella la que os permitirá acceder a una mas alta vibración y pondrá sobre vuestro camino lo que os ayude a liberaros.

Después

Retornas interiormente a la luz del Logos pidiendo a este que os rodee os penetre y os libere de todo lo no sois vosotros y no deseais.

Terminad con estas palabras.

Yo soy Luz-Amor y paz. Estoy al servicio del planeta en tanto que guardián de la Tierra. Me libero de todo lo que pudiera ser contrario a la gran ley Cosmica. Soy Gratitud, soy Compasión. Que sea lo que debe Ser”.



UN IMPLANTE O UN PARÁSITO PSIQUICO CREADO POR NOSOTROS PUEDE DISOLVERSE PERO EL VOLVERÁ SI NADA FUNDAMENTAL CAMBIA EN NOSOTROS.

UNA ENTIDAD PUEDE IRSE O ELEVARSE

ES FUNDAMENTAL PARA ELLO LIBERARNOS DE AQUELLO QUE ATRAE UNA ENTIDAD O UN PARÁSITO Y CON ELLO RETOMAR NUESTRO PODER.