dissabte, 4 de gener del 2014

EL EXILIO CATARO

La llamada “herejía catara” a sido extensamente tratada en muchos libros y trabajos de investigación, no es el objetivo de este articulo el entrar en su doctrina o los hechos historicos que se derivaron de la cruzada contra ellos, ni tan solo una aproximación al modo de vida de estos “bons homes”, las causas o motivaciones que les llevaron a emprender ese camino herético a ojos de la iglesia católica o las consecuencias de su desaparición. 

Fundamentalmente aquí se hablara de la ruta que emprendieron en su huida y de los enclaves en que su presencia esta atestiguada en la península Ibérica, principalmente en Cataluña lugar que por proximidad geográfica acogió a un mayor numero de ellos en el curso de su huida.


Chateau de Puilorens

 LA HUIDA HACIA TIERRAS CATALANAS

Después de la derrota del catarismo en Occitania, los cataros que consiguieron huir lo hicieron principalmente hacia el Piamonte y el norte de Italia mucho mas permisivo, y el reino de Aragon, Cataluña especialmente. El año 1256, bastantes años después de Montsegur, el inquisidor Pere de Tenes y el obispo de Urgell con un ejercito, entran por Puigcerda y Berga en tierras de Josa, donde su señor feudal , es favorable a los cataros de la región por otra parte numerosos, y partidario de ofrecer refugio a los misioneros perseguidos. El conde de Foix por otra parte había autorizado el establecimiento de los cataros en sus tierras de Andorra, donde floreció una prospera artesanía textil. Que se mantuvo activa hasta el siglo XIX, es de suponer que los numerosos cataros llegados a estas tierras mantuvieran la producción textil hasta finales del siglo XIX, Mientras en Occitania la dura represión había arruinado las ciudades, en Catalunya gracias a las argucias del rey Jaume y su consejero Raimon de Penyafort escapan a la destrucción, y por el contrario hacen de las tierras catalanas unas tierras mas prosperas. Pere Authie, un fiel seguidor de la causa catara, consigue crear un grupo de fieles cataros en la Cerdanya. Al final cayo en manos de la Inquisición y fue quemado, pero su grupo escapo hacia Cataluña.


Poblaciones Cataras del Languedoc

 Otros grupos de cátaros entran en la Península por el antiquísimo Coll de Panisars, camino que ya era aprovechado por los romanos y que está situado en la zona del Rosellón y de Las Alberes (Girona). Según el periodista Josep Miralles y uno de los mayores expertos en catarismo, Agustí Andreu, algunos de los más radicales se afincan en lugares poco poblados del norte de Girona, como Puig Miralles o Roca Codolar, donde existió hasta el siglo XI un asentamiento de monjes del monasterio de Sant Pere de Rodes que habían sido condenados por sodomía o herejía, y quizá también en las cercanas cuevas de Cavorques, que durante los primeros siglos del cristianismo dieron refugio a muchos ermitaños.  Muy cerca se encuentra el Puig dels Homes o del Home (Montaña de los Hombres o del Hombre), cuyo nombre constituye quizá una referencia a aquellos bons homes.
Lugares menos conocidos como Oliana o Peramola también contaron con presencia catara.
Otros se extienden hacia tierras más pobladas. Así, en la localidad de Llinars del Vallés, cerca de Barcelona, se encuentra la fortaleza de Castellvell, que, según revelaron las excavaciones realizadas a finales de la década de 1970 por Lluis Monreal Tejada, fue habitada por cátaros durante el siglo XII y parte del XIII. Sus propietarios, de nombre Far o Del Far, mantuvieron serios enfrentamientos con las autoridades religiosas de Barcelona. 
La Ciudad Condal tuvo también su colonia cátara según se dice. Se reunía cerca del templo prerrománico de Sant Pau del Camp, actualmente enclavado en el Barrio del Raval. La tercera vía de penetración del catarismo en España pasa por la zona del Cadí, donde tuvieron importantes asentamientos, y sigue hacia Berga por el Camí del Bons Homes, que se dirige hacia tierras occitantas y que  hoy es recorrido cada vez mas por cientos de excursionistas cada año.

Al contrario de lo que sostienen algunos autores, no puede decirse que los titulares de la Corona catalano-aragonesa sintieran simpatía por los cátaros. Si un rey como Pere el Católic murió en la batalla de Muret en septiembre de 1213 defendiendo a sus vasallos occitanos de las matanzas de los cruzados de Simón de Montfort, lo hizo simplemente al parecer por razones políticas y estratégicas, no por sentirse unido a las enseñanzas cátaras. Muret (1213), significó la pérdida de las tierras occitanas y su asimilación por parte de la corona francesa (Tratado de Corbeil de 1258), así como el fin de una floreciente cultura catalanooccitana. Pero Ventura, (Ventura i Subirats, 1960) va más allá, señalando que la influencia cátara funcionaría como antecedente de una identidad catalana que se iría desarrollando posteriormente.
El hijo de Pere el catolic (curioso titulo para quien defendio a los herejes cátaros), Jaume I , aunque permitio que se establecieran en los territorios de la corona y no se mostro activo en su persecución, permitió en 1233 que se dictaran siete leyes contra los herejes.  Sólo en la zona de la Cerdaña (Lleida) y en el condado de Castellbó fueron condenados por la inquisición más de medio centenar de cátaros durante la primera mitad del siglo XIII. Quince de ellos fueron quemados vivos y dieciocho en efigie, mientras que los demás se supone que se retractaron de su doctrina o pagaron dinero para obtener el perdón. Lo mismo sucedió en el Cadí (Barcelona) y en la ciudad de Lleida. Además, unos pocos fueron condenados después de muertos, aunque hiciera años del óbito, y, como castigo, sus cuerpos resultaron profanados.

De todos los reinos hispanos recordemos ,es en Cataluña donde irrumpe con más fuerza el catarismo, debido a su vecindad con Occitania y a los lazos políticos y de vasallaje que en aquellos tiempos unían a la corona catalano aragonesa con los condados y vizcondados del Languedoc. El establecimiento en Tolosa (1229) de la Inquisición, motivó una inmigración importante a tierras catalanas (1225-1230) de hombres de oficio, comerciantes y banqueros, amén de soldados, que contribuyeron con sus esfuerzos, sus talentos y sus capitales estableciéndose a lo largo del curso del rio Segre, la región de Lerida y sobretodo las montañas de Siurana, Prades y Montsant y algunos de ellos participando en la conquista, población y rendimiento de las nuevas tierras cristianas de Valencia y de Mallorca.

Según cita el escritor Juan G Atienza, parece comprobado que un nutrido grupo de gente del Midi comprometida con el catarismo embarco en las naves de Jaume I prestas a invadir Mallorca, no debemos olvidar que el mismo rey era Occitano de nacimiento -nacio en Montpellier- y parece lógico que tuviera cierta simpatía especial por estos.
Segun el estudio llevado a cabo por Alomar Esteve, caballeros como los hermanos Gausbert y Guilhem de Servian miembros de familias cataras formaron parte de la expedición y son numerosos en Mallorca los apellidos de origen cataro como Mosset, Jorda, Ferriol, Termes ...Un tal Berenguer Dufort pariente de perfectos y trobadores llego a ser alcalde de Mallorca.
Son numerosos los testimonios y estudios pues, incluidos los de la Crónica  de Bernat Desclot, que mencionan la intervención de numerosos cátaros occitanos en la colonización de Mallorca, incluso uno de ellos Pere Arnau de Barbera seria uno de los ayudantes y estrategas del mismo rey Jaume y consta que regreso a Occitania en la segunda fase de la cruzada catara en defensa de los suyos. 
Incluso el mismo rey Jaume en una de sus primeras decisiones enviaría un contingente de tropas en ayuda del conde de Tolosa Raimundo VI , sitiado por las tropas de Simon de Montfort quienes derrotarían a los cruzados contrarios a los cataros, en Salvetat en Septiembre de 1217, a manera de recado del rey con el que intentaba revindicar la derrota de Muret, mantener su presencia en el territorio y expresar su rechazo contra la cruzada catara. 
Lo cierto es que dicha intervención fue contestada por un enfurecido papa Inocencio III  con amenazas mas o menos explicitas si volvía a repetirse una obstrucción a "su cruzada".

Ya en el siglo XII empiezan a llegar a las tierras pirenaicas de Lleida algunos grupos de cátaros, que, curiosamente, se afincan en los mismos lugares donde siglos antes se habían refugiado otros herejes: los adopcionistas.  Según el doctor en Historia Jordi Ventura, las precarias condiciones en las que vivía el pueblo humilde de la zona alimentaban la búsqueda de un misticismo muy distante de la opulencia eclesiástica del momento. Pero los bons homes –hombres buenos, nombre con el que se conoce a los cátaros– llegan incluso a convertir a su doctrina a algunos de los principales señores feudales de la zona.  Mientras muchos cátaros se quedan en el Pirineo leridano siguiendo también como ya se dijo la linea del Segre, algunos se asientan en la ciudad de Lleida como artesanos –principalmente, curtidores y tejedores– y comerciantes, cabe citar la zona de Berga, Baga, Gosol, Josa, Bellver, y el santuario de Queralt como lugares donde hubo presencia catara, entre Saldes y Berga existe el valle conocido como “els clots del Guell” donde han podido localizarse grabados de procedencia catara.
Lugares menos conocidos como Oliana o Peramola también contaron con presencia catara.
Otros se trasladan al sur de Tarragona –a Montsant, y la ribera del Ebro en lugares como Flix, Asco– aprovechando las franquicias que se otorgan a los cristianos que repueblan los territorios recién conquistados a los árabes, de hecho esa zona dependia directamente de la jurisdicción del rey protegiendo a los huidos de los enbates de la inquisición y estaban ademas poco poblados, teniendo ademas buenas rutas de comunicación transhumante con la Occitania. Las ciudades cátaras más relevantes de esta zona son Cornudella, Prades, Arbolí, Pratdip y, principalmente, Siurana, población en la que en 1215 doce de sus treinta familias eran cátaras.  Cátaros de Lleida y del sur de Tarragona pasaron a tierras valencianas y en algunos casos llegaron a ostentar cargos de responsabilidad y a disponer de un gran patrimonio. Es el caso del acaudalado leridano Guillem de Melió, propietario de gran parte de los molinos cercanos a la ciudad de Valencia.

Castellbo


Jordi Ventura aseguraba que antes del catarismo se habia producido una gran migración en sentido contrario y que con seguridad muchas familias habian efectuado el viaje en ambos sentidos. Eso hace difícil adivinar raíces occitanas en apellidos catalanes actuales y mas aun de ver raices cataras.

Según nos cuenta el escritor Ezequiel Gort i Juanpere, tras la batalla de Muret y la primera oleada de inmigración catara la implantación en esas comarcas del sur de Tarragona del catarismo fue tan importante que el obispo de Tarragona solicito a los monjes de Scala Dei que salieran de su clausura para predicar y combatir la herejia, cosa que harian con relativo éxito, pues pocos años más tarde el catarismo volvia a reverdecer con fuerza en la zona.
No seria hasta la entrada de la inquisición en Catalunya en 1235 en que la persecución se recrudecio especialmente en los alrededores de Siurana y las montañas de Prades, cosa que siguió durante años, pues según testomonian los documentos aun en 1299 Ramon Domingo de Ulldemolins era sospechoso de herejia.
Tras la caida de Queribus y el tratado de Corbeil una nueva oleada de inmigración catara llegaria a tierras catalanas y según Ezequiel Gort aun en 1320 en las comarcas de Prades y el Montsant existia una comunidad con un perfecto llamado Joan Mauri, una comunidad que vivia con discreción mientras las predicas de carmelitas, franciscanos y la persecución inquisitorial consiguieron borrar su rastro fisico coincidiendo con el ajusticiamiento de Belibaste.

ALGUNOS CATAROS DEL PRINCIPADO
Hay que  tener en cuenta que en el tiempo de los Càtaros el Rosselló, estaba plenamente integrado al condado de Barcelona y a la Corona catalano aragonesa. Destaquemos tambien  que las relaciones eran no solo politicas sino comerciales y culturales  El estudióso del catarismo en Catalunya Jordi Ventura, mantiéne que este movimiento religióso fue tan importante en Catalunya que  incluso hubo un obispo cataro en el valle de Aran. En cambio Jesús Mestre bastante enfrentado en sus teorias a Ventura, dice que eso és poco probable, i que a parte de los obispados de sant Fèlix, el d'Albí, el de Tolosa, el de Carcassonne, solo se podria añadir el de Agen, por su proximidad y su concentración de càtaros, por lo que ese obispado  podia ser confudido a través del tiempo por el de la Vall de Aran.

Carcassoné
Lo que si es cierto , ya que esta documentado, es que en el concilio cataro de Pieusse (1216), se decide que Catalunya deja de ser considerada como una dependencia del obispo de Tolosa, y se le concede la jurisdicción propia dandole la dirección de esta al diacono Pere Cortona. Lo que si es cierto es que el Catarismo pervivió en Catalunya largo tiempo, aunque no con la intensidad de Occitania. Un claro ejemplo es Arnau vizconde de Castellbo y su familia, como mínimo así lo argumenta la Inquisición dirigida por Ramon de Penyafort.  Los cuerpos de Arnau y su hija Ermessenda de Castellbo, esposa del conde de Foix fueron exhumados tras u muerte para ser quemados y sus cenizas esparcidas, un castigo terrible en aquellos tiempos. Lo cierto es que los vecinos de Castellbó no debieron sentirse muy felices con ello pues mataron a pedradas al encargado de dicho cometido el inquisidor Pere de la Cadireta.

La familia Castellbo estaba emparentada con la familia Niort de Occitania. Hay testimonios de Castellbó en Mirepoix. ; Andreu Bretós de Berga nos dice que vio al Diacono Guillem Clergue  predicando delante de Arnau i de otros caballeros.
Otro emplazamiento cátaro lo encontramos en las montañas del Cadi, con centro en Josa. La familia de los Josa tenían estrechos tratos con la iglesia de los cataros. Ramon de Josa recibía delegaciones de herejes del norte y hubo de responder de esos hechos diversas veces delante de la inquisición catalana. Pero siempre salió del trance con promesas de que no volvería a pasar mas. Su hijo Gillem Ramon de Josa siguió los pasos de su padre y adopto la misma técnica de disculpa, y se comporto como amigo de los “bons homes” o incluso como creyente. Pero se repite otra vez la historia de Arnau y la inquisición ordena la exhumación de Ramon y la quema de sus restos en una hoguera. En cambio Gillem Ramon y su madre Timbors recibieron la reconciliación y el rey no confisco sus tierras. Las personalidades directamente implicadas en el catarismo fueron; Guillem de Niort, Veguer de la Cerdanya, condenado a prisión perpetua por hereje; Pere de Fenollet que havia perdido sus tierras en Occitania por fidelidad a la iglesia catara: Robert de Castell-Rosello  que fue “reconciliado” o perdonado.


EL ULTIMO PERFECTO

“Dentro de 700 años reverdecera el laurel”
        Guillaume de Belibaste.

Mención aparte merece Guillaume de Belibaste   quien había escapado de la prisión de Carcassone   que represento la última iglesia catara de Occitania. Este hombre vivió en diferentes pueblos de Catalunya, alternando su trabajo de tejedor con la de pastor. Siguió una ruta que puede verse en el grafico, es de suponer que en su huida buscaria refugio en lugares donde habia una comunidad catara o al menos algun simpatizante de sus creencias, asi pues fue en su periplo del Emporda hacia la zona del Bergueda, para ir hacia Flix, Lleida (1313), Tortosa y yendo finalmente a parar a las montañas de Morella (1315) junto al Maestrazgo en Castellón. De donde solo salía para presidir las reuniones de creyentes que venían de toda Catalunya y mas lejos a verle, y que se encontraban en Sant Mateu. 

Ruta de huida de Belibaste
La Inquisición desde Occitania envió un espía a Catalunya para descubrir los grupos de Cataros que operaban en estas tierras. Este espía era Arnau Sicre miembro de una familia catara a la que le habían confiscado sus bienes la Inquisición. La madre de este espía de hecho había muerto en la hoguera acusada de herejía, y lo que Arnau quería conseguir con su acción de ganarse la confianza de Belibaste era el retorno de las posesiones de su familia. El año 1318 y por casualidad se topa con la mencionada comunidad catara de Sant Mateu en la que se infiltra y consigue convencer a Belibaste de que le acompañe para administrarle el “consolamentum” a una moribunda con el convincente argumento de que esta donara sus bienes a la comunidad catara. El periodista y escritor Victor Amela describe de forma novelada estos hechos en su libro “El cátaro imperfecto”,y en esta obra narra también como denunciado por Arnau a la inquisición, Guillaume es apresado, llevado a Occitania, condenado y quemado en Vilarroja-Termenes en 1321, allí en ese momento, lanzaría su celebre profecía en la que decía que 700 años más tarde el “laurel”, refiriéndose al catarismo reverdecería.
A consecuencia de estos hechos la comunidad se disolvió, huyendo algunos mientras otros fueron condenados a cadena perpetua.

MAS ALLA DE TIERRAS CATALANAS

Al parecer algunos caballeros del Languedoc al servicio de la corona catalano aragonesa habrian luchado en la batalla de las Navas de Tolosa, y eso les habria permitido conocer la zona de la sierra del Segura, y alli habrian encontrado un lugar interesante, discreto y sobre todo favorable a poder prosperar y mas tarde en el curso de la cruzada contra los cataros algunos de ellos habrian huido y regresado para establecerse alli. Por pura lógica y dada su proximidad con los Pirineos es bastante probable que algunos cataros ademas de a Cataluña huyeran hacia Navarra amen de zonas de Huesca pertenecientes a la corona de Aragon.También los reinos de León y Castilla registraron según se dice una significativa presencia cátara, aunque la documentación que ha llegado hasta nosotros sobre ella es escasa. La principal fuente sobre el catarismo en estas tierras son los escritos de Lucas de Tey, que fue canónico de San Isidoro. En De altera vita fideique controversiis adversus Albigensum errores (tomo III), ofrece una crónica detallada, y sin duda subjetiva dada su opinión contraria a ellos, de la existencia de comunidades cátaras en tierras leonesas, contra las que emprendió una feroz persecución.  El clérigo asegura que, para pasar desapercibidos, los cátaros simularon ser judíos en alguna ocasión, algo más que discutible. El catarismo leonés y castellano había surgido –según el historiador Marcelino Menéndez Pelayo y el prolífico sacerdote Juan de Mariana– de las enseñanzas que algunos occitanos exportaron a esta zona al recorrer el Camino de Santiago.
Entre estos predicadores cataros destacó Arnaldo, un carismático copiador de libros que se dedicó a denunciar los abusos, los vicios y la simonía de la Iglesia.  Para hacer frente a los sermones de los cátaros, que arrastraban a verdaderas masas de gente humilde que llegaba incluso a enfrentarse con los servidores de la Iglesia, el obispo de León, de nombre Rodrigo, mandó expulsar a los herejes en el año 1216. Aquello pareció reducir ligeramente la influencia cátara en esta zona, pero tras la muerte del obispo en 1232 los cátaros regresaron con mayor fuerza y se extendieron por diferentes localidades burgalesas, incluida posiblemente la capital.

OBRA LITERARIA DE INVESTIGACIÓN SOBRE LOS CATAROS


En el caso catalán, la historiografía del catarismo tiene un referente primero en los trabajos de Jordi Ventura Subirats. En su artículo El catarismo en Cataluña (1960) sienta las bases para una interpretación sobre el pasado cátaro en los Pirineos que es válida hasta el día de hoy. Las tesis de Ventura apuntan a resaltar el supuesto papel decisivo que jugó el catarismo en la posterior historia de Catalunya. Según esta idea, la represión y aniquilamiento de los cátaros de Occitania habría sido un recurso para impedir la creación de una nación catalano-occitana a ambos lados de los Pirineos, que se enfrentaría con las pretensiones unitarias de Francia y de la Curia romana.
Tras el mencionado trabajo pionero de Ventura, no es hasta la década del 80 cuando nos encontramos con  nuevas obras  sobre el tema cataro, hasta entonces el conocimiento de la historia cátara de los Pirineos catalanes se limitaba a los entornos académicos e intelectuales. En 1983 se publica Arnau de Castellbò, del erudito catalán Esteve Albert, que jugó un papel decisivo en la divulgación de la historia cátara en los Pirineos. Esteve Albert fue poeta, autor teatral y un influyente promotor cultural; después de la derrota de la Guerra Civil se asienta en Andorra. Diversas personas que estuvieron en contacto con Esteve Albert durante los últimos años de su vida (1914-1995), han hablado del papel especial que desempeñó este intelectual en la recuperación de distintos castillos de Cataluña, así como en la celebración de las fiestas cátaras.

Dentro del ámbito historiográfico cabe citar la obra de Jesús Mestre Los càtaros, problema religióso, pretexto político, publicada en 1994, el libro conoció un gran éxito editorial y favoreció la difusión del fenómeno cátaro en la zona pirenaica. Sus tesis, opuestas a las de Ventura, y en consonancia con las de la historiadora francesa Anne Brenon, sostienen que la proyección del catarismo en las áreas catalanas no llegó a consolidarse, minimizando el fenómeno como una moda poco trascendente de ciertos ambientes aristocráticos. Aunque se han publicado libros en los ultimos años hablando del catarismo y entre los que cabe mencionar los de Miguel G. Aracil, actualmente las únicas investigaciones profundas que se están llevando a cabo para el tema de la herejía cátara en los Pirineos catalanes son los trabajos de Carles Gascón Chopo.

A los libros de investigación histórica le seguirán las novelas y obras de divulgación, de la misma forma que lo sucedido en el caso francés. En 1982 se publica Cercamón (1982), de Lluís Racionero, que alcanzará amplia difusión no sólo en las comarcas de los Pirineos, sino también en el resto de Cataluña. La acción de la novela se desarrolla en dos etapas, la primera transcurre entre 967 y 1045 y la segunda entre 1212 y 1264. Se recuperan personajes de la historia catalana presentándolos como padres espirituales de una civilización nueva y renovadora, que tendría su origen en las tierras pirenaicas. Se trata del abad Oliba, el conde Ermengol d’Urgell, el obispo Ermengol de la Seu d’Urgell y Ermessenda, condesa de Barcelona. Bajo los auspicios de Gerbert, luego Papa Silvestre II, a estos personajes se les encargará la difícil tarea de sentar las bases de una nueva sociedad, basada en los principios de un renacimiento cultural, «un món refinat, bastit sobre els valors de les suaus terres mediterrànies» (Un mundo refinado, edificado sobre los valores de las suaves tierras mediterraneas).Fuertemente influenciado por las tesis de Ventura, Racionero nos narra las aventuras de un joven trovador que descubre la magia de esta gran civilización y contempla apesadumbrado la cruzada destructora. Otras figuras históricas que acompañan el relato son las de Arnau de Castellbò, Ermessenda y Esclarmonda de Foix, que encarnan los últimos supervivientes de una civilización cultivada. Pero también se presentan algunos personajes construidos en oposición a los protagonistas y culpables de la cruzada. Entre ellos encontramos a Blanca de Castilla, casada con el rey capeto Luis VIII que llevó a cabo la última fase de la lucha contra la herejía (1226-1229). En este personaje se concentran una serie de discursos que hacen dialogar la vertiente histórica con el contexto en el que se publica el libro.

Preguntamos al historiador Carles Gascon

Entrevista realizada por Xavier Sust (Barcelona 1954) Colaborador de la revista “ Descubrir Catalunya”

Que hay de cataro en esta enorme presencia occitana en nuestras raices?
Cuantificarlo es difícil, pero de cataros vinieron claro, Sobre todo a partir de la disputa entre el vizconde de Castellbo y el conde de Foix, su consuegro, con el obispo de la Seu, por el dominio de los valles de Andorra y del alto Urgell. Castellbo acogio cataros. Otro punto donde pudieron refugiarse fue l valle de Josa. Procedian sobre todo del Ariege y desde el Pirineo se repartieron de Norte a Sur, siguiendo aproximadamente las rutas de transito del ganado. Hay una que parte de Puigcerda, pasa por Fornols y el termino de Josa, o bien por Berga y se juntan los dos tramos cerca de Solsona. El camino continua hasta cerca de Agramunt y llega hasta las montañas de Prades y el Montsant. Pero Castellbo continuara siendo una referencia clave, y también Josa, que recibe pastores cataros que llegan desde el Ariege.

Aquellos nobles catalanes eran Cataros?
El catarismo era mas bien una moda entre la clase noble. De hecho la Inquisición no condena a Ramon de Josa por ser cataro, sino por haberlos acogido. Las sentencias de la inquisición eran siempre muy precisas. Arnau de Castellbo no es declarado hereje hasta el 1269. Mas de 40 años después de su muerte. Desenterrar sus huesos y los de su hija Ermessenda en el monasterio de Costoja, era para la manera de pensar de la epoca, mucho mas grave que haberlos quemado en la hoguera. Pero las sentencias no hablan nunca de hoguera. Estoy seguro de que si que habia, pero las sentencias no lo explicitan.

Aun hay cataros entre nosotros?
Hay tantas huellas historicas¡. No hace mucho se han descubierto en Sanauja, por la lectura de la confesión de una sospechosa de Gosol. Pero encontrar personas de hoy dia de las cuales se pueda demostrar una descendencia catara es muy difícil.

Y los cataros destacados prefirieron huir hacia la Lombardia, donde aun no eran perseguidos?.
Aquí tambien vino alguno importante como Belibaste, el ultimo perfecto cataro que paso por Cataluña. Hasta Morella fue llegado a ser visto. Cambiaba de sitio porque lo perseguían. Volvio al Ariege traicionado por Arnau Sicre un discípulo suyo que le habia pedido que visitase una pariente suya muy enferma. Fue capturado en Tirvia y quemado en Vila-Roja.

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