Existe una herramienta poderosa
capaz de transformar la realidad y por ello capaz de crearla que desde siempre
y en toda circunstancia ha sido accesible a todos los seres humanos, y es la
plegaria, el rezo o dicho de otra manera todo dialogo que se establece con la
divinidad o aquello a lo que damos ese nombre.
En realidad no es menor la
cuestión de los atributos con los que vestimos a esta divinidad o a la figura
de poder que haga el poder de intermediación con esta, pero no es menos cierto
que la mayoría de las que podemos considerar las grandes religiones tienen el
común denominador de activar o al menos favorecer la apertura de corazón a la
hora de recomendar rezar como uno de sus “mandamientos”, aunque bien es cierto
que a veces es solo la emoción la que responde.
El que nuestra plegaria tome la
forma de un rezo institucionalizado dentro de la convención de la religión
cristiana, musulmana o judía, la entonación de mantras , cantos devocionales, grupos de oración, el
gesto de un artista en un momento determinado, la recitación de un poeta, una
visualización en grupo o en solitario, una ceremonia de agradecimiento y
conexión con nuestra madre Tierra, ..., en realidad pueden ser tantas las
formas en las que establecer un dialogo con el espíritu y la divinidad, que a
la postre se convierten en oración que probablemente me será imposible
nombrarlas a todas.
Dijo Hitler una vez, al conocer
que Churchill había pedido al pueblo ingles que dedicara cinco minutos al día a
orar que “esta es la arma secreta más poderosa de Inglaterra”.
Hitler conocedor del esoterismo y
del ocultismo sabía bien el inmenso poder que es capaz de desplegar la oración.
Ciertamente existen muchos tipos
de formas y motivaciones para rezar, podemos rezar para pedir algo y ahí cabe
cualquier cosas desde algo tan absurdo pero sin duda importante para esa
persona como que gane su equipo de futbol, como hacerlo por la paz y el amor
reinando en el mundo, incluso nuestros dirigentes en un momento determinado nos
pedirán que recemos por alguien o algo que consideran importante conseguir, de
la misma manera que piden nuestro voto nuestro dinero o nuestra atención. Podemos también rezar para establecer un dialogo con la divinidad en un intento de fusión o despertar de esa divinidad en nosotros, podemos pedir por o para algo, colectivo o personal , no importa en realidad si la actitud es la misma.
Para muchos cristianos el
escuchar que los miembros de nuestra iglesia hablan de rezar como un acto consustancial
con su fe puede resultarnos incomodo, en la misma medida que consideramos a esta
iglesia como una organización bastante cuestionable en sus procedimientos y
dogmas, lo cual en mi opinión se a ganado a pulso, a pesar de que también es
cierto que en el seno de esta misma iglesia se encuentran también seres
luminosos , llenos de amor y útiles si se me permite el termino.
Para cierta parte de mi
conciencia intelectual resulta difícil desligar el acto de rezar con la iglesia
católica y lo peor de la manipulación de la conciencia a la que a sometido a
buena parte de la humanidad a lo largo de la historia lo cual conlleva una
“carga” que deberá ser soltada para poder avanzar libre de toda incomodidad
..., y bien, es probable que eso no sea algo que me suceda solo a mi , así pues
es un acto de liberación y coraje el atreverse a efectuar un rito desprovisto
de asociaciones e interpretaciones de ese tipo, que en realidad no tienen
ningún interés mayor que el de aportar una lección importante, y esta es que toda
oración debe ser un acto de libertad y responsabilidad estrictamente personal,
que obviamente puede ser compartido, pero en ningún caso alejado de la
necesaria conexión con aquello profundo que mora en nosotros.
No es ni nunca a sido necesario e
imprescindible el hacerlo de una determinada manera, pues de la misma manera
que existen múltiples canciones que pueden ser cantadas o interpretadas uno
también puede hacer su propia canción.
Una oración establecida puede ser
una magnifica muleta, una espléndida carretera que nos conduzca a nuestro
objetivo de forma cómoda , pero también podrá llegar a convertirse en un
policía si impide que seamos capaces de vibrar y hacer nuestra cada uno de los
conceptos que sus palabras y entonaciones contiene.
Por eso siempre será la palabra
sincera que brota del corazón la mejor oración sea escrita por nosotros o no lo
sea.
El momento que vive nuestra
humanidad precisa de la fuerza poderosa de la plegaria. No somos capaces de ver
el oxigeno y sin embargo sabemos que nos permite vivir y de la misma forma no
somos capaces de ver la energía y sin embargo todos de forma intuitiva sabemos
del poder de ese deseo en comunión con la luz que es la oración, y que siempre
produce un resultado tarde o temprano.
Si pudieramos ver como las plegarias se funden con los egregores o formas pensamiento de amor, generosidad..., en definitiva los egregores capaces de limpiar y transmutar todo dolor, oscuridad y sufrimiento , entenderiamos cual es el real alcanze de esta practica que amen de aportar un beneficio personal siempre acaba siendo colectivo.
Cada grupo de plegaria y de
oración no importa de que iglesia , no importa su ropaje, su lengua, no importa el color de su piel ni
el lugar desde donde lo haga, que entra en contacto con la divinidad o con la
expresión de la luz que implica pedir paz, amor, curación, compasión, alegría ,
discernimiento.., la lista puede ser infinita, estará convirtiéndose en médico
de nuestra humanidad y también arquitecto sin que precise complicados y sesudos
estudios.
El mundo necesita tanto del poder
de la oración , ¡Y cuesta nada, es gratis¡.
Si fuéramos capaces de ver como
transforma la energía de un lugar, de una persona, de una situación.., de
nuestro enfermo planeta.
Desde luego cada uno debe hacerse
responsable de lo que pide y de que hasta que punto esta en armonía con la
conciencia de la luz pero eso no será nunca algo más que los pasos de un camino
necesarios para aprender.
Nadie pide en el telediario que
recemos, ni en las cabeceras de los periódicos, ni por supuesto en las
tertulias de economía..ni en las ruedas de prensa de los poderosos quienes si
lo hacen normalmente es para pedir un objetivo en el que uno gana y el otro
pierde..., orar bajo ese concepto nunca es aconsejable.
Orar es celebrar, orar es
comunión, orar es agradecer ,orar es una de las vías imprescindibles que desde
siempre la eternidad y la divinidad a puesto en nuestras manos y que desde el
poder enfermizo que rige buena parte de nuestro mundo del día a día, procura
que olvidemos y que nos anestesiemos de la manera conveniente para sus
intereses.
Orar no implica dejar de hacer
otra cosa. Orar es necesario para que surja esta Nueva Tierra , orar es
necesario para que desde el otro lado del velo dicho de otra manera del otro
plano, nuestro mundo y el suyo confluyan en una sinergia capaz de alumbrar un
día esta nueva Tierra que los planes de la divinidad nos propone de forma
inapelable en estos tiempos.
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