(LA CONFIRMACIÓN DE QUE LA TIERRA ES HUECA)
De la revista NONSIAMOSOLI de enero / marzo 1998
En nuestro poder obra un microfilm de 685 páginas que contiene la clasificación del material de exploración y el diario del Almirante estadounidense, Richard Evelyn Byrd, que relaciona su aventura en el Polo Norte, en el año 1925, y no solo de este año. Como en todos los diarios de los grandes exploradores, se han encontrado, entre las páginas “blancas”, declaraciones que, como poco, son impresionantes e inesperadas.
PORTADA DEL DIARIO DE RICHARD BYRD,
ESCRITO EN 1925. HA SIDO PUBLICADO RECIENTEMENTE POR RAIMUND E. GOERLER,JEFE
DEL ARCHIVO DEL "POLAR BYRD RESEARCH CENTER", DE LA UNIVERSIDAD DE
COLUMBUS - OHIO (ESTADOS UNIDOS)- ENTRE LAS PÁGINAS "BLANCAS", BYRD
ESCRIBIÓ ASTUTAMENTE SU AVENTURA AL CENTRO DE LA TIERRA, ACAECIDO EL 19 DE
FEBRERO DE 1947, ENTRANDO POR LA ABERTURA DINÁMICA DEL ANTÁRTICO
Finalmente, en 1955/56, organizó una quinta expedición antártica, llamada
“Operación Hielo Intenso”, en la cual, por motivos de salud, no tomó parte de
modo relevante. Inició, en cambio, la grandiosa expedición norteamericana
encaminada a las investigaciones científicas del Año Geofísico Internacional,
en 1957. Byrd, desgraciadamente, no pudo asistir al cumplimiento de la que, en
gran parte, fue obra suya, ni a la total ejecución de sus programas de trabajo,
lo cual no le evitó la satisfacción de poder efectuar otro vuelo fantástico a
aquella tierra que llamó “El gran desconocido”.
Ahora, ocupémonos de su diario, que forma parte de una colección considerable
de material que actualmente se encuentra en el Centro de Investigación Polar
Byrd, de la Universidad del Estado de Columbus(Ohio, Estados Unidos). Con la ayuda del Departamento
de Educación de Estados Unidos, se ha conseguido recopilar en estos últimos
años una enorme cantidad de hallazgos históricos relacionados con sus numerosas
expediciones polares. El Dr. Raimund E. Goerler, jefe del archivo del Centro
Polar, al transcribir el contenido del diario de 1925, entre las páginas
“blancas”, encontró una serie de fascinantes, increíbles y extraordinarias
informaciones, con fecha 19 de Febrero de 1947. No tienen nada que ver con la
valerosa exploración ártica, refiriéndose exclusivamente a la aventura
maravillosa del Almirante durante su cuarta expedición al Polo Sur; un simple
detalle, pero muy astuto por parte de Byrd, que rehabilita totalmente su obra y
su memoria en la historia de las exploraciones del planeta Tierra.
TEXTO ÍNTEGRO
“Debo escribir este diario a escondidas y en absoluto secreto. Relaciona mi
vuelo a la Antártida, de fecha 19 de Febrero de 1947. Llegará un tiempo en que
la racionalidad de los hombres deberá disolverse en la nada, y se deberá
entonces aceptar la verdad ineludible. Yo no tengo la libertad para difundir la
documentación que sigue a continuación; tal vez no se publicará nunca, pero
debo, a pesar de todo, cumplir con mi deber y relacionarla aquí, con la
esperanza de que algún día todos puedan leerla, en un mundo en que el egoísmo y
la codicia de ciertos hombres no puedan ya suprimir la verdad”.
19 de Febrero de 1947
Hora-: Toda la preparación para nuestro viaje se ha completado, y estamos
volando con el depósito lleno de carburante, a las ....horas.
Hora-: Ajustado el flujo de carburante en el motor derecho, y el “Pratt
Whitneys” vuela tranquilamente
Hora-: Control de la posición con el sextante; nuevo control de proa con
brújula; efectuado un leve cambio de dirección, y estamos en la ruta
establecida.
Hora-: Control de radio con el campamento base; todo está en su sitio y la
recepción es normal.
Hora-: Se nota una leve pérdida de aceite del motor derecho; sin embargo, el
indicador de la presión parece normal.
Hora-: Notada una ligera turbulencia por el este, a una altitud de 2321 pies;
corrección a 1700 pies; la turbulencia cesa, pero aumenta el viento de cola;
pequeño ajuste de la palanca manual; el avión procede ahora normalmente.
Hora-: Control de radio con el campamento base; situación normal.
Hora-: De nuevo una turbulencia, a 2.900 pies de altitud; de nuevo óptimas
condiciones de vuelo.
Hora-: Extensiones de hielo y nieve por debajo nuestro; notadas unas
coloraciones amarillentas con dibujos lineales; alterado el curso para examinar
mejor estas configuraciones coloreadas; notadas también coloraciones violáceas
y rosáceas. Controlada esta área con dos giros completos y se vuelve a ruta
establecida. Efectuado un nuevo control de posición con el campamento base,
informando sobre las coloraciones en el hielo y en la nieve por debajo nuestro.
Hora-: Tanto la brújula magnética como la aguja giroscópica empiezan a girar y
a oscilar; no es posible mantener nuestra ruta con la instrumentación.
Retomamos la dirección con la brújula solar y todo parece ahora en su sitio.
Los controles parece que responden y funcionan lentamente, pero no hay
indicación de congelación.
Hora-: A lo lejos, parece que hay unas montañas.
Hora-: Han transcurrido 29 minutos de vuelo desde el primer avistamiento de
montañas; no se trata de una alucinación. Es una pequeña cadena montañosa que
nunca había visto antes.
Hora-: Cambio de altitud a 2950 pies; de nuevo una fuerte turbulencia.
Hora-: Estamos sobrevolando la pequeña cadena de montañas y continuamos hacia
el norte, por lo que podemos verificar. Más allá de las montañas, hay algo que
parece ser un valle con un pequeño río o riachuelo que fluye a la parte
central. ¡No debería haber ningún valle verde aquí abajo! ¡Hay algo
decididamente extraño y anormal aquí! ¡Deberíamos sobrevolar solo hielo y
nieve! A la izquierda hay grandes bosques, a los lados de las montañas.
Nuestros instrumentos de navegación giran todavía como enloquecidos; el giroscopio
oscila hacia delante y hacia atrás.
Hora-: Cambio de altitud a 1.400 pies y efectúo un apurado giro completo hacia
la izquierda para examinar mejor el valle por debajo nuestro. Es verde, con
musgo y hierba muy abundante. La luz aquí parece diferente. Ya no consigo ver
el sol. Damos otro giro a la izquierda y divisamos lo que parece ser una
especie de gran animal. ¡Parece un elefante! ¡No! ¡Parece ser un mamut! ¡Es
increíble pero es así! Descendemos a 1.000 pies y tomo unos anteojos para
examinar mejor al animal. Queda confirmado; se trata sin lugar a dudas, de un
animal parecido al mamut. Informo de esta noticia al campamento base.
Hora-: Encontramos otras colinas verdes. El indicador de la temperatura externa
señala 24 grados centígrados, y continuamos nuestra ruta. Los instrumentos de
navegación ahora parecen normales. Estoy perplejo ante sus reacciones. Intento
contactar con el campamento base, pero la radio no funciona.
Hora-: El paisaje, por debajo nuestro, está más nivelado y normal, si es que
hay que usar esta palabra.¡Ante nosotros divisamos lo que parece ser una
ciudad! ¡Es imposible! El avión parece ligero y extrañamente flotante. ¡Los
controles no responden! ¡Dios mío!¡A nuestra derecha y a nuestra izquierda hay
aparatos de una extraña forma! ¡Se acercan y algo irradia de ellos! ¡Ahora
están bastante cerca para poder ver sus insignias! ¡Hay un símbolo extraño!¡No
lo revelaré! ¡Es fantástico! ¿Dónde estamos? ¿Qué está sucediendo? Una vez más
tomo decididamente los mandos. ¡Nos mantenemos firmemente suspendidos bajo el
control de una especie de soporte de acero invisible!
Hora-: Nuestra radio hace un ruido extraño y, de repente, se oye una voz que
habla en inglés, con un acento que parece nórdico o alemán. El mensaje es:
“¡Bienvenido a nuestro territorio, Almirante! Os haremos aterrizar exactamente
dentro de siete minutos. Relájese, Almirante, está en buenas manos”. Me doy
cuenta que los motores de nuestro avión están apagados. Nuestro aparato está
bajo un extraño control, y ahora gira sobre si mismo. Los mandos están
inutilizados.
Hora-: Recibimos otro mensaje por radio. Estamos a punto de proceder para el
aterrizaje y, en breve, el avión vibra ligeramente, empezando a descender como
sostenido por un enorme e invisible ascensor.
Hora-: Estoy haciendo una última y rápida anotación en el diario de abordo.
Algunos hombres se están acercando a pie al avión; son altos y tienen los
cabellos rubios. A lo lejos, hay una gran ciudad resplandeciente, que vibra con
la gama de colores del arco iris. No sé qué sucederá ahora, pero no veo rastro
de armas en aquellos que se aproximan. Ahora oigo una voz que me ordena,
llamándome por mi nombre, que abra la puerta del avión. Cumplo la orden.
FIN DEL DIARIO DE ABORD
Desde este punto en adelante, escribo los acontecimientos que
siguen aflorando a la memoria.
Lo que sigue a continuación, roza la imaginación y parecería una locura si no
hubiese sucedido de verdad.
El técnico y yo fuimos retirados del avión y acogidos de modo cordial. Después,
subimos a un pequeño medio de transporte, parecido a una plataforma, ¡pero sin
ruedas! Nos condujo hasta la ciudad resplandeciente con gran celeridad.
Mientras nos acercábamos, la ciudad parecía estar hecha de cristal. En poco
tiempo, llegamos a un gran edificio, con una forma que jamás había visto antes;
parecía haber salido de los dibujos de Frank Lloyd Wright, o quizás, más
precisamente, de una escena de Buck Rogers. Se nos ofreció una especie de
bebida caliente, de algo que nunca había saboreado antes; era deliciosa.
Después de unos diez minutos, dos de nuestros admirables anfitriones vinieron a
nuestro alojamiento invitándome a seguirles. No tenía otra opción que obedecer.
Dejé a mi técnico de radio y anduvimos un poco hasta entrar en lo que parecía
ser un ascensor. Bajamos durante algunos instantes y el ascensor se detuvo,
deslizándose la puerta hacia arriba silenciosamente. Luego continuamos por un
largo pasillo iluminado por una luz rosácea que parecía salir de las mismas
paredes. Uno de los seres hizo un signo y nos detuvimos frente a una gran
puerta, por encima de la cual había un escrito que no supe leer. La gran puerta
se abrió sin hacer ruido y fui invitado a entrar. Uno de los anfitriones dijo:
“No tenga miedo, Almirante; está a punto de tener un coloquio con el Maestro”.
Entré y mis ojos se fijaron lentamente en el maravilloso colorido que llenaba
totalmente la habitación. Entonces empecé a ver lo que me rodeaba; lo que
aparecía ante mis ojos era lo más estupendo que he visto en toda mi vida. En
efecto, la vista era demasiado magnífica para poder ser descripta; era
deliciosa. No creo que existan términos humanos para describir sus detalles
justamente. Mis pensamientos fueron interrumpidos dulcemente por una voz cálida
y melodiosa, que dijo: “Le doy la bienvenida a nuestro territorio, Almirante”
Vi a un hombre de rasgos delicados, de edad avanzada tal como denotaba su
rostro, que estaba sentado a una gran mesa. Me invitó a sentarme en una de las
sillas; una vez me senté, juntó la s puntas de los dedos y me sonrió. De nuevo,
habló dulcemente y me dijo lo siguiente: “Le hemos dejado entrar aquí, porque
usted tiene carácter noble y bien conocido en el mundo de la superficie,
Almirante”. Al oír estas palabras, mundo de la superficie, ¡casi me quedé sin
aliento!
“Si,- insistió el Maestro con una sonrisa- usted se encuentra en
el territorio de los Arianos, el mundo subterráneo de la Tierra. No
retrasaremos mucho tiempo su misión y seréis escoltados hacia la superficie, y
un poco más allá, sin peligro alguno. Pero ahora, Almirante, le diré el motivo
de que haya sido convocado hasta aquí. Nuestro interés, exactamente, empezó inmediatamente
después de la explosión de las primeras bombas atómicas, por parte de vuestra
raza, sobre Hiroshima y Nagasaki, en Japón. Fue en aquel momento de inquietud
que enviamos a vuestro mundo de superficie nuestros medios volantes, los
“Flugelrads”, para investigar lo que vuestra raza había hecho; pero esto,
obviamente, ya es historia pasada, y permítame continuar, Almirante. Fíjese que
nosotros nunca hemos interferido hasta ahora en las guerras y en las barbaries
de vuestra raza, pero ahora debemos hacerlo, ya que vosotros habéis aprendido a
manipular un tipo de energía, la atómica, que no está hecha en absoluto para el
hombre. Nuestros emisarios ya han entregado mensajes a las potencias de vuestro
mundo, y, sin embargo, éstas no han prestado atención. Ahora, usted ha sido
elegido para ser testigo de que nuestro mundo existe. Tenga en cuenta que
nuestra cultura y nuestra ciencia están más avanzadas, en varios miles de años,
respecto a las vuestras, Almirante”. Le interrumpí, diciéndole: “¿Pero todo esto,
que tiene que ver conmigo, señor?”. Los ojos del Maestro parecieron penetrar
profundamente en mi mente y, después de haberme escudriñado un poco, respondió:
“Vuestra raza ha llegado a un punto irreversible, del “no retorno”, porque
entre vosotros hay algunos que destruirán totalmente vuestro mundo, antes de
renunciar al poder tal como lo conocen..”.
Asentí y el Maestro continuó hablando: “Desde 1945 en adelante, hemos intentado
entrar en contacto con vuestra raza, pero nuestros esfuerzos han sido acogidos
con hostilidad; dispararon contra nuestros “Flugelrads”.
Si, fueron también perseguidos con maldad y adversidad por vuestros
aviones de combate. Por consiguiente, ahora hijo mío, le digo que hay una gran
tempestad en el horizonte para vuestro mundo, una furia negra que no cesará
durante varios años. No habrá defensa en vuestras armas; no habrá seguridad en
vuestra ciencia. Se desatará hasta que cada vestigio de vuestra cultura sea
pisoteado; todas las cosas humanas quedarán dispersas en el caos. La reciente
guerra ha sido solamente un preludio a cuanto debe todavía suceder a vuestra
raza. Nosotros, desde aquí, podemos verlo más claramente en todo momento. ¿Creo
que me equivoco?”. “No,- respondí- ya sucedió una vez en el pasado; llegaron
los años oscuros durante cincuenta años”. “Si, hijo mío- replicó el Maestro-,
los años oscuros que llegarán ahora para vuestra raza envolverán la Tierra como
un manto; pero creo que algunos entre vosotros sobrevivirán a la tempestad;
aparte de esto, no sé nada más. Nosotros vemos en un futuro lejano re emerger,
desde las ruinas de vuestra raza, un mundo nuevo, en busca de sus
legendariostesoros perdidos, y estos estarán aquí, hijo mío, estando seguros en
nuestro poder. Cuando llegue el momento, nos adelantaremos de nuevo para ayudar
a vuestra cultura y a vuestra cultura y a vuestra raza a vivir de nuevo. Tal
vez para entonces hayáis aprendido la futilidad de la guerra y de su lucha, y
después de este momento, una parte de vuestra cultura y ciencia os serán
restituidas, de modo que vuestra raza pueda volver a empezar de nuevo. Usted,
hijo mío, debe volver al mundo de la superficie con este mensaje…”.
Con estas palabras concluyentes, nuestro encuentro parecía llegar a su fin. Por un momento, me pareció vivir un sueño; sin embargo, sabía que aquella era la realidad y, por alguna extraña razón, me incliné levemente, no se si por respeto o humildad. De repente, me di cuenta que los dos fantásticos acompañantes que me habían conducido hasta aquí, estaban de nuevo a mi lado. “Por aquí, Almirante”, me indicó uno de ellos; me giré, una vez más, antes de salir y miré hacia el Maestro; en el delicado rostro del anciano se apreciaba una dulce sonrisa.”Adiós, hijo mío”, me dijo, e hizo un gesto suave con su delicada mano, un gesto de paz, terminando así, de modo definitivo, nuestro encuentro. Salimos velozmente de la habitación del Maestro por la gran puerta y entramos otra vez en el ascensor; la puerta de éste se abrió hacia abajo silenciosamente y nos movimos enseguida hacia arriba. Uno de los acompañantes me dijo:”Ahora debemos darnos prisa, Almirante, ya que el Maestro no quiere retrasar más vuestro programa previsto, y debéis regresar a donde está vuestra raza con su mensaje”. No dije nada; todo esto era casi inconcebible y, una vez más, mis pensamientos se interrumpieron apenas nos detuvimos. Llegué a la habitación y me reuní de nuevo con mi técnico de radio, el cual tenía una expresión de ansia en su cara. Acercándome a él le dije:”Todo va bien, Howie; todo va bien”. Los dos seres nos señalaron hacia donde estaba esperando el medio de locomoción; salimos y pronto llegamos a nuestro avión. Los motores estaban a punto, e inmediatamente subimos a el. La atmósfera estaba cargada de un cierto aire de urgencia. Una vez se cerró la puerta del avión, éste fue inmediatamente elevado por aquella fuerza invisible hasta alcanzar los 2.700 pies de altitud. Dos de sus naves aéreas iban a nuestro lado, a una cierta distancia, haciéndonos planear a lo largo del camino de retorno. Debo subrayar que el indicador de velocidad no marcaba nada; no obstante, nos estábamos moviendo muy rápidamente
Hora-: Recibimos el siguiente mensaje por radio:”Ahora os dejamos,
Almirante; vuestros controles funcionan libremente. ¡Auf Wiedersehen! (Hasta la
vista).Observamos por un instante los “Flugelrads”, hasta que desaparecieron en
el cielo azul pálido. El avión, de repente, quedó como capturado por una
corriente descensional. Inmediatamente, retomamos el control. Durante un rato,
no habló nadie; cada uno de nosotros estaba inmerso en sus pensamientos.
Hora-: Sobrevolamos de nuevo extensiones de hielo y nieve, estando a unos 27
minutos del campamento base. Enviamos un mensaje por radio; el campamento base
nos responde. Informamos de las condiciones normales. Desde el campamento nos
expresan su alivio por haber de nuevo establecido contacto.
Hora-: Aterrizamos suavemente en el campamento base. Tengo una misión que
cumplir…
FIN DE LAS ANOTACIONES
11 de Marzo de 1947
Solamente he tenido un encuentro con el Estado Mayor del Pentágono. He
informado totalmente sobre mi descubrimiento y sobre el mensaje del Maestro.
Todo ha sido rigurosamente registrado. El Presidente ha sido puesto al
corriente. Me retienen durante varias horas (6 horas 39 minutos, para ser
exactos). Soy minuciosamente interrogado por el “Top Security Forces” y por un
equipo médico. ¡Es angustioso! Soy puesto bajo estrecho control de los medios
de Seguridad Nacional de los Estados Unidos de América. Se me ordena CALLAR
sobre todo lo que sé, ¡Por el bien de la humanidad!, me dicen, ¡INCREÍBLE! Se
me recuerda que soy militar y que, por tanto, debo obedecer las órdenes.
ÚLTIMA ANOTACIÓN
30 de Diciembre de 1956
Estos últimos años transcurridos, desde 1947 hasta hoy, no han sido buenos. He
aquí, así pues, mi última anotación en este diario singular. Concluyendo, debo
afirmar que, por obediencia debida, he mantenido en secreto este tema, tal como
se me ordenó durante todos estos años. He hecho todo esto en contra de mis
principios de integridad moral. Ahora siento que se acerca la gran noche, y
este secreto no morirá conmigo, sino que, como cualquier otra verdad triunfará.
¡ESTA ES LA ÚNICA ESPERANZA PARA EL GÉNERO HUMANO!
He visto la verdad, y ésta ha revigorizado mi espíritu dándome la libertad. He
hecho mi deber frente al monstruoso complejo industrial militar. Ahora, la
larga noche empieza a aproximarse, pero habrá un epílogo. Como la larga noche
del antártico termina. Así el Sol brillante de la Verdad surgirá de nuevo, y
los que pertenecen a las tinieblas perecerán con Su Luz….
Porque yo he visto “aquella Tierra más allá del Polo, aquel Centro del Gran
Desconocido”.
ADMINISTRADOR
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada