Casa de dragones del Monte Oque
foto Klaus Norbert en Wikimedia Commons
A estas alturas parece imposible que edificios antiguos tan grandes como las casas de dragones de la isla griega de Eubea no hayan podido ser datados, y que no se sepa prácticamente nada sobre ellas.
Las casas de dragones (en griego Drakospita) son 20 grandes edificios repartidos por el sur de la isla de Eubea, la sexta más grande del Mediterráneo, situada frente a la costa oriental de la Grecia continental.
Son construcciones rectangulares a base de enormes piedras, del tipo conocido en la antigüedad como ciclópeo, colocadas unas sobre otras sin ningún tipo de mortero o argamasa.
Los espacios entre ellas
se rellenan con otras piedras de menor tamaño, y el techo se cubre
con placas de piedra igualmente grandes dejando un hueco para la
entrada de luz (o para la salida de humo del hogar o la vista de
estatuas de deidades en el interior, según las interpretaciones).
Las mejor conservadas son la del Monte Oque, en el extremo sureste de la isla y a unos seis kilómetros al norte de la localidad costera de Caristo; y las tres de Palli-Lakka, en la zona de las antiguas canteras de mármol en el Monte Kliosi.
Se las denomina casas de dragones no porque su construcción se atribuya a estos animales mitológicos, sino porque la tradición local atribuía a sus desconocidos creadores poderes sobrehumanos, dado el tamaño de los bloques de piedra.
Las mejor conservadas son la del Monte Oque, en el extremo sureste de la isla y a unos seis kilómetros al norte de la localidad costera de Caristo; y las tres de Palli-Lakka, en la zona de las antiguas canteras de mármol en el Monte Kliosi.
Se las denomina casas de dragones no porque su construcción se atribuya a estos animales mitológicos, sino porque la tradición local atribuía a sus desconocidos creadores poderes sobrehumanos, dado el tamaño de los bloques de piedra.
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Aunque fueron descritas por primera vez a finales del siglo XVIII todavía hoy se carece de una datación exacta de los edificios.
Algunos especialistas
opinan que pueden remontarse al siglo VII a.C., siendo los
precursores de los posteriores templos griegos. Otros los consideran
construcciones defensivas de época helenística, del siglo III-IV a.C.
Su descubridor fue el geólogo británico John Hawkins, que ascendió al monte Oque (1.398 metros de altitud) el 21 de octubre de 1797.
Su descubridor fue el geólogo británico John Hawkins, que ascendió al monte Oque (1.398 metros de altitud) el 21 de octubre de 1797.
Allí encontró una
construcción que inspeccionó y de la que realizó dibujos y esbozos,
llegando a la conclusión de que debía ser más antigua que los
templos clásicos.
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Klaus Norbert en Wikimedia Commons
En los años siguientes numerosos arqueólogos visitaron el lugar, como Heinrich Ulrichs, quien publicó una monografía al respecto en 1842.
El francés Jules
Girard llegó diez años después, recogiendo ya descripciones de
las construcciones de Palli-Lakka. Todos ellos apuntaron las
similitudes con las construcciones micénicas de Tirinto y Micenas,
especialmente en la configuración del techo.
Así se las consideró
hasta que Theodor Wiegand estableció en 1896 que no tenían
ninguna relación.
Y ya en tiempos más recientes las principales investigaciones son las de los norteamericanos Jean Carpenter y Dan Boyd.
Y ya en tiempos más recientes las principales investigaciones son las de los norteamericanos Jean Carpenter y Dan Boyd.
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Klaus Norbert en Wikimedia Commons
El edificio del monte Oque está situado a 1.386 metros de altitud y tiene unas dimensiones de 12,7 por 7,7 metros, con una puerta en el centro del muro sur, de 2 metros de altura por uno de ancho y coronada por un enorme dintel de 10 toneladas de peso que sobresale por encima de ella, y pequeñas ventanas a los lados.
Los muros tienen un espesor medio de 1,4 metros, adecuado para soportar el pesado techo de piedras, y el interior se eleva hasta los 2,4 metros.
La superficie de la
construcción es de 48 metros cuadrados y todo el piso estaba
igualmente recubierto con paneles de piedra.
Las tres construcciones de Palli-Lakka son muy similares en dimensiones a la del monte Oque, pero los muros son menos gruesos, de tan solo 1,1 metros de media.
Las tres construcciones de Palli-Lakka son muy similares en dimensiones a la del monte Oque, pero los muros son menos gruesos, de tan solo 1,1 metros de media.
Los bloques de piedra
utilizados son de menor tamaño y, en general, el estilo es más
rústico, menos elaborado y posiblemente más antiguo.
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No existe en las fuentes antiguas absolutamente ninguna referencia a estos edificios, por lo que toda la información disponible al respecto procede de las leyendas y el folklore de las zonas donde se encuentran.
Las excavaciones llevadas a cabo en 1959 en el edificio del monte Oque sacaron a la luz fragmentos de cerámica de época helenística y algunas cerchas, en una de las cuales hay un pequeño texto en una escritura desconocida, que hoy se guardan en el museo arqueológico de Caristo.
Entre 2002 y 2004 investigadores del departamento de astrofísica de la Universidad de Atenas estudiaron la orientación de la casa del monte Oque, llegando a la conclusión de que coincidía con la aparición en el firmamento de Sirio hacia el año 1100 a.C. y apuntando una posible función como observatorio astronómico.
A falta de una investigación más exhaustiva, las casas de dragones continúan siendo un pequeño misterio para los arqueólogos.
Bien podrían ser la clave
para entender la evolución de la arquitectura griega posterior, o
por el contrario simples refugios de pastores anteriores a la
conquista romana.
Fuentes
Study and orientation of the Mt. Oche 'dragon house' in Euboea, Greece - E. Theodossiou et al. Dragon-Houses - Euboia, Attika, Karia - Jean Carpenter y Dan Boyd
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