Mucha de la tecnología que ahora
conocemos, ya fue usada hace miles de años. Todos los relatos hacen
referencia a fuerzas extremas, fuerzas traídas por los “dioses”, que
destruían ciudades, armas que provocaban temperaturas excesivas, que
vitrificaban la piedra, incineraba instantáneamente a los seres vivos,
etc. También encontramos el lado opuesto, tecnología antigua capaz de
construir monumentos enormes, transportar y levantar bloques de piedra
de hasta 300 toneladas, con una precisión exhaustiva, sin marcas de
cuerdas, ni poleas, ni ninguna otra ayuda para hacerlo. Las pruebas
están ahí, en los relatos, los textos, los mitos y leyendas que pasan a
través de cada generación, transmitidas por aquellos que vivieron el
momento, en las ciudades que hoy son restos arqueológicos, que esconden
los secretos de qué sucedió.
En la ciudad de Jericó, a
28 km de Jerusalén, fue donde Dios se dirigió a Josué (el sucesor de
Moisés), ordenándole que sitiara la ciudad durante seis días, acompañado
de siete sacerdotes, quienes portaban cuernos de carnero, seguidos del
Arca de la Alianza. Al séptimo día, cuando el sonido de los cuernos de
carnero retumbaron en los muros de Jericó, estos cedieron, y la ciudad
fue saqueada. En el Libro de Josué, se especifica que los cuernos que
hicieron caer los muros, se llamaban shofar.
En
las escrituras, se narra cómo se ordenó al ejército rodear la ciudad, y
una vez Jericó estuvo totalmente rodeada, emanaron un sonido atípico,
que estaba acompañado por el Arca de la Alianza, el cofre del poder
absoluto, donde residía y se guardaba la fuerza de dios (o de los
dioses). ¿Cómo pudo el sonido que salía de los cuernos de carneros,
echar abajo los muros de una ciudad fortificada como Jericó?. ¿Qué tuvo
que ver el Arca de la Alianza?.
A principios del siglo XX, se encontraron
las ruinas de la ciudad de Jericó, con una superficie aproximada de
tres hectáreas, destacando principalmente una torre maciza de piedra que
medía 9 metros de altura x 8 metros de anchura. Las murallas tenían una
envergadura de 7 metros de ancho. En algunas zonas, la muralla estaba
compuesta de dos muros que discurrían en paralelo, distantes el uno del
otro unos 4 metros. Delante del muro se encontraba un foso de 3 metros
de profundidad x 8 metros de ancho. Esto da una muestra, del poder que
se necesitaba para destruir los muros y entrar en la ciudad.
Actualmente, las fuerzas especiales y el
ejército, poseen un arma no letal, utilizada en manifestaciones, o para
ahuyentar masas de personas sin que haya heridos graves. Esta arma es
conocida como LRAD, y es un dispositivo acústico de
largo alcance. Pero este tipo de arma, estas ondas sónicas, también se
podrían emplear para destruir cosas (al igual que ciertas frecuencias,
hacen que estallen copas o vasos de cristal). ¿Conocían antiguas
civilizaciones el poder de las ondas sónicas, y poseían los
conocimientos y las herramientas para ello?. ¿Pudieron los israelitas,
con ayuda del Arca de la Alianza (donde reside el poder de los dioses),
derribar las murallas de Jericó, gracias a la amplificación del sonido
que salía de los shofar?.
El investigador sobre las ondas de sonido, levitación acústica, y ex-astronauta de la NASA, Taylor Wang,
es el mayor experto sobre el planeta en cuestión de sonido, sus efectos
y forma de empleo. Wang afirma, que la caída de Jericó, pudo
perfectamente deberse a la fuerza acústica, la fuerza del sonido. Dice
que si se concentra en un muro una resonancia de forma continua, y se
ampliara su efecto, ésta cedería y explosionaría, ya que la resonancia,
lo que hace es acumular grandes cantidades de energía, que si se
alimenta de forma continuada, puede acabar destruyendo todo.
El sonido, es básicamente una onda de
presión, y cuando se incorpora la energía a la ecuación, esa mezcla es
destructiva. Se puede afirmar, que es un arma de partículas, porque lo
que se hace es mover el aire, solo se necesitaría que algo, dirigiera el
sonido a la zona que queremos destruir, convirtiéndolo en un rayo de
energía acústica dirigida.
El Arca de la Alianza, siempre acompañaba
a los judíos cuando iban a librar una guerra o una batalla, como
ocurrió durante la conquista de Canaán. Con ella, los judíos se sentían
protegidos, porque el Arca poseía tales poderes, que la convertían en un
arma absolutamente letal. Ellos decían, que en su interior residía la
ira de Dios. Así que, en el cerco a la ciudad de Jericó, siete cuernos
de carnero, tocados de forma constante por siete sacerdotes, y
acompañados del Arca, consiguieron destruir los muros y asediar la
ciudad.
Si pensamos de forma, que la razón sea
quien domine el pensamiento, sabemos que el simple sonido que emanan
esos cuernos, es totalmente insuficiente para derribar una ciudad,
incluso el simple hecho de pensarlo, sonaría absurdo. Pero todos los
textos narran que fue así, que la ira de los dioses, una fuente de poder
y energía que poseía el Arca, ayudó a dirigir el sonido, actuando como
amplificador en puntos determinados de la muralla. Y esta teoría, sí
está respaldada por la razón, la lógica y la ciencia.
Pero los shofar, no han sido las únicas armas sónicas de la antigüedad del que se tenga constancia. En Números 10:1,2. aparecen las instrucciones divinas dadas a Moisés, para que hiciera dos trompetas de plata. ¿Es
casualidad que sean siempre los dioses, quienes dan instrucciones y
conocimientos tecnológicos y avanzados, a los seres humanos?. La palabra hebrea chatsotserah,
aparece 29 veces en el Antiguo Testamento. Se ha traducido casi siempre
como “trompeta”, excepto en 3 ocasiones, que aparece como
“trompeteros”, y una vez como “bocina”, apareciendo sólo una vez en
singular.
Pero estos shofar, con poderes sónicos,
no son los únicos del que tenemos referencias. En noviembre de 1.922, el
arqueólogo americano Howard Carter, descubrió la tumba de Tutankamón. Entre sus tesoros, se encontraron dos trompetas, una de plata y otra de bronce.
Los instrumentos habían permanecido mudos
por más de 3.000 años en el Valle de los Reyes, próximos a la momia del
joven faraón. Ambos estaban decorados con inscripciones de dioses
identificados con campañas militares. En 1.939, eligieron al legendario
trompetista James Tappern, para que tocara tan frágil
instrumento. James, se quedó sorprendido por el sonido de la trompeta de
Tutankamón, la cual marcó su vida, y la de su hijo Peter Tappern. Peter
dijo: “Me dejó estupefacto la calidad del sonido. Cómo la tocaban los
trompetistas de la época de Tutankamón, ni me pregunten. Mi padre
utilizó boquillas modernas, pero la técnica que se necesita es
asombrosa”.
Una de las leyendas egipcias más
notorias, es la maldición que recaerá en la Humanidad, sin son tocados
los tesoros de Tutankamón, de las que se dice están malditas. Todo
empezó al morir la persona que abrió la tumba, Lord Carnarvon,
picado por un mosquito cuatro meses después de profanar el descanso del
faraón. El mismo día que falleció, 04 de abril de 1.923, El Cairo se
quedó a oscuras. Otra persona que estuvo presente, era su hermano, Audrey Herbert, muriendo por causas desconocidas. La persona que derribó el muro que daba a la sala donde descansaba Tutankamón, Arthur Mace, murió días después también por causas inexplicables.
La persona que radiografió la momia, Sir Douglas Reid,
falleció dos meses después de hacerlo, al igual que la secretaria que
le ayudó de un ataque cardíaco. Al proceder a la autopsia de la momia se
encontró que justo donde el mosquito había picado a Lord Carnarvon,
Tutankamón tenía una herida igual.
En el Museo de El Cairo, cuando una de
ellas estaba siendo limpiada en 1.954, alguien intentó soplarla, y en
ese mismo momento la electricidad de todo el Alto Egipto falló. En
1.974, limpiándola de nuevo, y no teniendo constancia el personal del
Museo, del anterior evento ocurrido 20 años antes, fue soplada de nuevo,
y el poder energético se vino abajo, esta vez sólo en la región del
Gran Cairo. Ambos incidentes, aparecen reflejados en los documentos
archivados en la estación generadora de electricidad, de la caída
inexplicable a cero ocurrida en aquel tiempo, y también en los artículos
de los periódicos egipcios de aquel día.
Pero esa tecnología sónica, no solo ha
sido empleada en el pasado como arma y destrucción, sino que fue un
elemento esencial para levantar monumentos megalíticos y bloques de
piedra, que aún hoy, nos parece inexplicable y un misterio cómo pudieron
hacerlo.
En la Isla de Pohnpei, capital de los Estados Federados de Micronesia, se encuentra una ciudad de piedra megalítica llamada Nan Madol,
con una extensión de 28 km2 repartida entre cien isletas de arrecife y
coral, con numerosos canales artificiales que la convierten en “La
Venecia del Pacífico”. Nan Madol es una incógnita, nadie sabe realmente
cuándo fue construida, ni por quién, con gigantescos bloques de basalto,
sobre 91 islotes artificiales.
Es en este lugar, donde las leyendas
aseguran, que al igual que en el antiguo Egipto, los enormes bloques de
piedra, cuyo peso oscila entre las 20 y 50 toneladas, se transportaban
por el aire. Se han identificado algunas probables canteras alrededor
de la isla, pero el origen exacto de las piedras de Nan Madol está aún por determinar. Los
arqueólogos, aún tienen que desentrañar el misterio. ¿Cómo pudieron
salvar la barrera coralífera?. El transporte por el agua es imposible.
Algunos habitantes actuales de Pohnpei, creen que las piedras llegaron
volando a la isla, gracias a la magia negra. La gente del lugar, cuenta
que Olosipe y Olosaupa, los dos hermanos constructores, estaban dotados
de un extraordinario poder mágico.
Convocaron a todas las piedras para que
vinieran por sí solas, y formaran las imponentes construcciones. Olosipe
y Olosaupa, llamaron a las piedras que estaban en Sokehs. Estas oyeron
su llamada mágica y acudieron volando junto a los dos hermanos.
Por procedimientos mágicos, éstos ordenaron a cada uno de los grandes bloques de piedra, que ocupara su sitio correspondiente en las construcciones. Tal es la forma en que se construyó Nan Madol.”
Los indios Hopi, también
cuentan entre sus leyendas, algo muy parecido. Los Hopi, afirman que
sus antepasados fueron visitados por seres procedentes de las estrellas,
quienes se desplazaban en escudos volantes o “pájaros tronantes”, y
dominaban el arte de cortar y transportar enormes bloques de piedra, así
como construir túneles e instalaciones subterráneas. Estos salvadores
eran los katchinas, que significa “Sabios, Ilustres y
Respetados”. Eran capaces de trasladarse por el aire a velocidades
gigantescas, y de aterrizar en cualquier lugar.
En el año 2.000 a.C., se construyó la ciudad de Micenas,
construida completamente por miles de bloques de piedra, superpuestas
unas detrás de otras, sin ningún tipo de argamasa ni mortero, desafiando
por completo las leyes de la gravedad, y siendo un misterio de cómo lo
pudieron hacer. Los mayores expertos en construcción, arquitectos e
ingenieros, opinan que Micenas, es una ciudad que no ha podido ser
levantada por el hombre, que está muy por encima de la capacidad humana
de aquella época.
Aquí se encuentra el Tesoro o Tumba de Atreo. El bloque de piedra horizontal, que se encuentra justo en lo alto de la entrada, pesa 250 toneladas.
¿Cómo consiguieron subir ese bloque?. Las
construcciones mayas, las pirámides, los templos griegos, Stonehenge,
Carnac, etc… contienen bloques de pesos realmente elevados, imposibles
de levantar con poleas, cuerdas o haciendo palanca, y menos aún,
transportarlas a largas distancias, y elevarlas a varios metros del
suelo.
En el Líbano, se encuentran las Piedras de Baalbek,
la ciudad del hijo del dios Baal, también llamada Heliópolis,
residencia del dios griego Helios. La construcción abarca templos, como
el Templo de Bacchus (Templo de Baco), que es más
grande que El Partenón de la Acrópolis de Atenas. Las columnas del
Partenón miden 10,4 metros de altura, mientras que la columnas del
Templo de Bacchus miden 19 metros, casi el doble.
En el Capítulo 6 del Génesis
(Antiguo Testamento), se dice: “En aquellos días, había gigantes en la
Tierra, se unieron los hijos de Dios con las hijas de los hombres y les
nacieron hijos. Ellos eran los héroes que desde la antigüedad fueron
hombres de renombre”. Así que la Biblia, narra cómo los seres humanos,
se mezclaron con los dioses, dando a luz a semidioses, a guerreros que
se convertirían en la élite, en héroes para sus pueblos.
La piedra de construcción más
grande del planeta, tiene 21,36 m de largo y 4,33 de alto, su anchura es
de 4,6 m y pesa entre 1.200 y 2.000 toneladas. No llegó a
transportarse hasta la terraza de Baalbek y lleva el nombre de Hajar el
Gouble (Piedra del sur) o Hajar el Hibla (Piedra de la mujer
embarazada).
Esta piedra, así como otros aspectos de
la terraza de Baalbek, ofrecen a los arqueólogos y otros científicos un
gran jeroglífico. No se puede entender, cómo piedras de ese tamaño
pudieron ser partidas, transportadas y encuadradas perfectamente. Las
piedras que se transportaron en Egipto y Mesopotamia, supuestamente por
miles de trabajadores con ayuda de cuerdas y rodillos de madera, medían
1/10 parte y pesaban cientos de kilos menos que las piedras de Baalbek. Y
además, el terreno era liso y apropiado para poder desplazar esas
ingentes masas de piedra.
Pero la zona de Baalbek, es todo lo
contrario, ya que predomina el terreno angosto, lleno de cuestas, curvas
y piedras por toda la zona. Tampoco existen señales de que el camino,
en la antigüedad, fuera alisado en algún momento. Si las rampas
existieron, ¿por qué no hay ninguna evidencia de ellas?. No existe
ninguna fuente romana que nombre los métodos de construcción, los
nombres de los ingenieros, arquitectos. ¿Quién y cómo consiguió erigir
estos bloques tan descomunales?. ¿Qué clase de conocimientos poseían
para poder hacerlo?.
Analizando el peso de las piedras, el
terreno donde están ancladas, las zonas y canteras de donde fueron
transportadas, la precisión con la que están puestas, y que no exista
ningún rastro o prueba de la utilización de cuerdas, poleas, arrastre,
terreno alisado, etc… han llevado a los expertos a considerar, que
quienes realizaron esa construcción, poseían conocimientos muy avanzados
de los Principios de Levitación Acústica, que consiste
en que al incidir en un objeto y bajo determinadas circunstancias, las
ondas acústicas logran mantener ese objeto suspendido en el aire sin
necesidad de contacto alguno. Esta ley que desafía las
leyes de la gravedad, se ha demostrado que es factible, el problema es
cómo pudieron hacerlo con bloques de tantas toneladas.
En la Historia Regnun Britanniae de Geoffroy de Monmouth (año 1.136), se cuenta que Stonehenge, es una creación del Mago Merlín,
que por obra de su magia, transportó las piedras desde Irlanda, gracias
a la utilización de “fuerzas vitales”, que según cuenta la historia,
hace referencia a que Merlín, transportó los menhires de Stonhenge
haciendo que estos volaran. Las leyendas antiguas, son un puente para
descubrir lo que realmente sucedió. Merlín, siempre iba acompañado de
una especie de varita mágica, del que emanaba el poder de los dioses. El
poderoso druida, apuntaba a la piedra, y ésta levitaba.
Las piedras de Stonehenge, provenían de
diferentes localizaciones, todas a mucha distancia de donde se encuentra
el monumento. Algunas piedras se trajeron desde Avenbury (a 20 km de distancia), otras desde los Montes Prescelly, en País de Gales (a más de 200 km de distancia), otras desde Mildford Haven (a más de 250 km de distancia), y las piedras azules, conocidas como “riolitos”, procedían de Irlanda.
Cada monolito, pesa más de 50 toneladas, así que todo el conjunto de
Stonehenge, pesa miles de toneladas. ¿Cómo es posible, que un pueblo del
Neolítico, compuesto por apenas un centenar de individuos, pudieron
traer esas inmensas piedras con los medios primitivos?. Si carecían de
los instrumentos necesarios para su transporte, ¿por qué, además, fueron
a buscar esas rocas en localizaciones tan lejanas?. La única respuesta
lógica, es que sí poseían la forma de transportarlas, y no era a través
del arrastre, ni la fuerza de 50 hombres, ni poniendo troncos en el
camino.
Stonehenge es un observatorio astronómico
preciso. El anillo de los agujeros de Aubrey, se relaciona con el ciclo
de los eclipses lunares. Distintos ángulos entre las piedras
solitarias, servían para mostrar los solsticios y los equinoccios, las
salidas y las puestas del sol y de la luna.
Así que, un reducido pueblo perdido del
Neolítico, consiguió transportar toneladas de roca, y una vez en el
lugar preciso, las posicionaron de forma perfecta para la observación
del cielo. Por supuesto, esto no es cosa del azar, sino de un
conocimiento muy avanzado en astronomía, en coordenadas de la Tierra, y
en saber exactamente qué tipo de piedras se necesitan, su tamaño exacto,
de ahí que procedan de diferentes partes.
Mientras que los egiptólogos, y creyentes
ortodoxos en los métodos primitivos, afirman que esos bloques de piedra
fueron movidos y puestos en su sitio utilizando solo la mano del
hombre, expertos en el traslado de grandes pesos utilizando grúas
modernas tienen grandes dudas al respecto. Una compañía especializada en
grúas de alto tonelaje, instaló una prensa hidráulica que pesaba 65
toneladas. Para elevarla y pasarla por encima del tejado, tuvieron que
traer una grúa especial. Esta grúa fue traída en piezas, y fue
transportada en 15 trailers, desde una distancia de 80 millas en un
período de cinco días.
El peso máximo que habían conseguido
levantar con la grúa especial, fue en una central nuclear, levantando
pesos de entre 100 y 150 toneladas. Estos expertos, al ser preguntados
por bloques de más de 200 toneladas, como las que se usaron en el
interior de la Gran Pirámide y en el Valle de los Reyes, mostraron su
asombro y escepticismo, dudando de los primitivos métodos propuestos por
los egiptólogos. Así que ya no digamos, por piedras como las de
Baalbek, que pesan más de 1.000 toneladas.
Edward Leedskalnin, fue un escultor que construyó con sus propios medios, el monumento conocido como Castillo de Coral, en Florida. También se le conoce por sus inusuales teorías acerca del magnetismo. Trabajando
solo y de noche, Leedskalnin extrajo y esculpió alrededor de 1.000.000
Kg (1.100 toneladas) de coral en dicho monumento.
Leedskalnin, ideó la manera de levantar y
maniobrar grandes bloques de coral de hasta 30 toneladas. En Homestead,
Florida, usando su celosamente escondido secreto, fue capaz de tallar y
construir un complejo entero de bloques monolíticos de coral. En
comparación, el peso de cualquier bloque utilizado en el Castillo de
Coral, era mayor que los utilizados en la Gran Pirámide. Trabajó durante
28 años para completar su trabajo. ¿Cuál era el secreto de Leedskalnin?
¿Cómo es posible, que él sólo, pudiera levantar esas toneladas, sin
conocer las técnicas ni poseer los conocimientos actuales de física y
mecánica?.
Si asumimos que Leedskalnin y los
antiguos constructores de pirámides usaron técnicas similares, las
estimaciones en cuanto al número de trabajadores que supuestamente se
emplearon en Egipto, cambiarían totalmente. Leedskalnin transportó y
elevó 1.100 toneladas en un período de 28 años. Entonces, los 5.273.834 de toneladas de piedra de la Gran Pirámide, podrían haber sido transportadas y elevadas por tan sólo 4.794 trabajadores (y no por 100.000 hombres como se asegura).
Leedskalnin afirmaba que toda la materia,
consiste en imanes individuales, y es el movimiento de esos imanes
dentro de los materiales y en el espacio, lo que produce los fenómenos
mesurables, por ejemplo, el magnetismo y la electricidad. Fue capaz de
idear métodos de levantamiento y maniobra de grandes pesos, imposibles
para el ser humano sin la utilización de maquinaria moderna. Se especula
que podría haber utilizado el electromagnetismo, para eliminar o
reducir la fuerza gravitacional de la Tierra.
Unos niños afirmaron una vez, que vieron como Leedskalnin, transportaba unos enormes bloques de piedra que levitaban literalmente en el aire, como globos de helio.
Este dato, junto al generador magnético que inventó, ha originado a un
grupo de personas que opinan que Edward conocía el secreto de las
pirámides, y que se valió de la manipulación de los campos magnéticos
terrestres para magnetizar las piedras y atraerlas sin esfuerzo hasta su
ubicación.
Edward levantó piedras emulando el
sistema de construcción de las pirámides y de Stonehenge. Es evidente
que dominaba los principios del magnetismo como Nikola Tesla, y de la dinámica de la Ley Telúrica
y el sonido, al “estilo ancestral”. ¿Quién le transmitió esos
conocimientos?. El lugar donde está edificado todo el complejo del
Castillo de Coral, no está elegido al azar, sino que está asentado en un
lugar específicamente elegido (20 puntos vórtex de inversión
magnética), donde las fuerzas telúricas que por allí discurren, ayudan a
redirigir la fuerza de la gravedad a través de la física
hiperdimensional.
Este área del sur de Florida, es
considerado parte del Triángulo de Las Bermudas, siendo un levitador
dimagnético de gran alcance, y se ha comprobado que la distancia entre
el lugar del actual asentamiento del Castillo de Coral y el Polo Norte,
tenían la posición y los armónicos ideales para la manipulación de la
antigravedad.
De todo el complejo de la ciudad que levantó, la puerta de acceso al lugar es el más espectacular. Consta de una enorme puerta giratoria de piedra de 9 toneladas,
que descansa sobre una pequeña piedra cilíndrica, a su vez apoyada en
un engranaje automotriz con un agujero alineado con su centro de
gravedad.
Esta puerta de piedra está tan
perfectamente equilibrada, que puede ser abierta con facilidad con un
solo dedo. Los ingenieros, con ayuda del láser e informática avanzada,
aún no han conseguido duplicar esta hazaña de ingeniería. Y esto
ocurrió, cuando hace algunos años, los rodamientos de la rueda se
atascaron por desgaste. Para alzar la puerta de 9 toneladas, se necesitó
llevar al complejo una gigantesca grúa hidráulica de 600 c.v. de
fuerza, y poder cambiar los rodamientos. Al levantar la roca, se
descubrió una segunda roca en forma de tarta, sobre la cual descansaba
el bloque principal y cuya existencia se desconocía. Esta segunda
piedra, estaba tan perfectamente encastrada, que fue imposible extraerla
sin romper el corte horizontal de la misma. Los investigadores la
hicieron analizar, y los resultados arrojaron que era de una composición totalmente desconocida y que no era originaria del planeta Tierra.
Esta construcción, es considerada por
muchos la Octava Maravilla del Mundo, o el Stonehenge moderno, por sus
proporciones megalíticas y por emular su sistema de construcción, basado
en la combinación de fuerzas telúricas y magnéticas y la condensación
de las vibraciones del sonido para anular el poder de la gravedad.
Edward inventó el Generador Magnético, con el que
supuestamente hacía levitar los bloques de piedra, y aseguró que este
invento, solucionaría todos los problemas energéticos del planeta.
Afirmaba que cada partícula de la
sustancia, es un imán por sí mismo, y que el norte y el sur planetario
constituyen imanes opuestos. En su generador, todas las corrientes se
alteran y la energía que producen puede redirigirse a través de un
conmutador. Los imanes y las corrientes magnéticas, tejen la tela de
conexión y creación en todo el universo, y todo es cuestión de
comprender dónde están concentrados estos flujos telúricos, que corren
unos contra otros, y regular el intercambio mediante la oposición de
imanes contrarios. Es decir, Leedskalnin ya hablaba de unificar las
cuatro fuerzas que rigen el universo, hallar una teoría unificada, la
Teoría de Cuerdas.
Cuando Edward estaba construyendo su
ciudad, se percató que las coordenadas donde debían estar situadas, no
eran las correctas, así que tuvo que trasladar todo de lugar. ¿Cómo pudo
hacerlo sin ayuda de nadie?. Edward Leedskalnin, afirmaba que los
métodos de construcción que empleaba, sobrepasaban en mucho a la ciencia
moderna, ya que utilizaba los campos magnéticos terrestres y el uso de
esa energía, le permitieron vencer las normas establecidas de gravedad y
equilibrio, al igual que hicieron los egipcios y otras civilizaciones
antiguas.
En Philadelphia, se encuentra la Sala Norman Hall, de la Gran Logia Masónica, que es una representación del poder que Edward dejó plasmado en su Castillo de Coral.
En sus paredes, se encuentran los
secretos del magnetismo. Leedskalnin inventó una rueda giratoria, que
formaba parte de la estructura del aparato que construyó, para anular el
peso de los bloques de piedra. Esa rueda, está formada por imanes en
forma de “U”, que lo divide en 24 partes.
El símbolo que aparece por toda la ciudad de coral, es el hexagrama de la Estrella de David,
que también aparece como patrón en la rueda. La Estrella de David, está
envuelta en los campos magnéticos de los 24 imanes que la rodean. Los
polos de los imanes, están curvados para que apunten hacia fuera. Esto
significa, que hay 24 polos positivos y 24 polos negativos, un total de
48 flujos de imanes apuntando al exterior. La Estrella de David
representa lo opuesto, que a su vez, constituye la base del equilibrio y
de la armonía.
Curiosamente, de la Estrella de David de
la Sala Norman Hall, salen 48 rayos de energía, en dirección a todas las
partes que lo rodean, tanto al cielo, como a la tierra. En el centro de
la Estrella de David, aparece una campana, igual que a la entrada de la
ciudad de Leedskalnin.
Es evidente, que los francmasones,
también conocen el poder de los campos magnéticos y de la antigravedad.
Mucha simbología de ellos, hacen referencia a los opuestos, al
equilibrio y a un conocimiento superior que hay que mantener en secreto,
ya que la Humanidad, seguramente no esté preparada para ello.
En ciencia, existe un experimento conocido como Efecto Hutchinson,
que es un efecto electromagnético fuertemente anormal, que causa la
gelatización o la fusión de metales en frío, y la levitación espontánea
de sustancias comunes como plástico, madera o metal. Estos diferentes
efectos, serían el resultado de una interacción de ondas longitudinales
muy complejas, con campos electromagnéticos pulsados de una manera muy
precisa. Aquellos científicos que estuvieron en el laboratorio con el
Profesor Hutchinson, dijeron que las interacciones electromagnéticas
realizadas, permitirían obtener energía viniendo de otro lugar (creación
de un vórtex). Muchos efectos creados en el laboratorio, recuerdan
fenómenos observados en el Triangulo de las Bermudas (nubes movedizas,
anomalías electromagnéticas, etc…), así como una neblina ligera
desplazándose en el cuarto, similar a lo que describió Bruce Gernon
durante su vuelo hacia Florida, en el Triángulo de las Bermudas.
Edward Leedskalnin, demostró con hechos,
que las antiguas civilizaciones, los relatos sobre dioses con
conocimientos avanzados, que las grandes estructuras que conocemos como
las Pirámides, Templos, Murallas, que fueron fortificadas y construidas
con bloques de rocas con pesos desmesurados, no fueron levantadas como
nos dicen los libros. Los arqueólogos, egiptólogos y demás “logos”, se
empeñan en teorizar sobre propuestas ilógicas, sin abarcar todas las
opciones. Ellos dicen que 200.000 hombres cada día, sin parar, sin
descanso, transportaban cada piedra, a grandes velocidades, y con
conocimientos que eran imposible que poseyeran, llegaban a la perfección
cada vez, con cada roca, sin errores. El paso del tiempo, y nuestra
tecnología, sumándole una lógica aplastante, nos dice que es imposible
que eso ocurriera de esa forma, que es inviable, y donde nada encaja.
¿No es más sencillo, abarcar todo el
espectro de posibilidades, y pensar que seguramente existen
civilizaciones no de este mundo, que nos llevan miles o millones de años
de ventaja, que es muy probable que hayan estado aquí, y que todos los
conocimientos tan avanzados e inexplicables de nuestros ancestros, se
debieron a la intervención de estos seres?.
¿No es más sencillo interpretar los
relatos de los textos antiguos, así como las leyendas, las historias de
nuestros antepasados, donde todos, sin excepción, en el comienzo de sus
tiempos, hablan de dioses que bajaron de los cielos, que tenían poderes
sobrenaturales, que se mezclaron con la especie homínida, y que les
ayudaron a levantar aquellas ciudades mastodónticas?.
¿No es más sencillo y lógico comprender,
que Stonehenge, las Pirámides, Teotihuacan, Angkor Wat, etc… posean
paralelismos astronómicos comunes, con orientaciones exactas a los
cielos, a constelaciones o estrellas concretas, en una época donde los
seres humanos no sabían de astronomía, porque seguían instrucciones de
seres que sí conocían perfectamente los cielos, comprendían los
equinoccios, solsticios, ciclos lunares, que la Tierra era redonda, que
existían fuerzas invisibles que regían nuestro planeta y el cosmos, que
existen muchas más dimensiones de las que podemos percibir, y que ellos
sí pueden manejar y controlar dichas fuerzas?.
¿No es más sencillo aceptar que los
eslabones perdidos, que hallazgos que van contra aquello que creemos
conocer, que la evolución tan rápida del homo sapiens, que las
extinciones masivas de los seres que dominaban el planeta, no fueron
obra del azar, sino de seres que necesitan que, por algún motivo que
desconocemos, nuestra especie evolucione rápidamente por algún propósito
que nos será desvelado en un futuro?.
Buscar una respuesta sencilla a
un problema complejo, es un camino tan escarpado y escabroso, que una
vez resuelto, nos parece que la complejidad no residía en el problema,
sino en la sencillez de su resolución
Fuente: Jorge Palazon
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