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dimarts, 31 de maig del 2016
dilluns, 30 de maig del 2016
Pruebas palpables de Extraterrestres en la Antigüedad
Una antigua civilizacion de dioses y semidioses habito en la Tierra antes que los seres humanos, y hasta la epoca del diluvio
Existen indicios, evidencias, y pruebas, que demuestran que la Historia retrocede mucho más en el tiempo de lo que siempre se ha creído, en una época remota en la que todavía no existían ni los seres humanos. Pero sí habitaban y reinaban en la Tierra otros seres. Una época remota enterrada por la arena del paso del tiempo, pero de la que conservamos algunos recuerdos…
En 1.991 el geólogo de la Universidad de Boston, Robert Schoch detectó que la Esfinge de Gizeh, en Egipto, había sufrido erosión de agua varios milenios antes de que comenzara oficialmente la Civilización de Egipto.
Por su parte, los investigadores Robert Bauval y Graham Hancock, autores del libro “El Misterio de Orión”, mediante la utilización de un programa informático que recreaba el paisaje astronómico en el pasado, calcularon que el conjunto de Gizeh fue posicionado hacia la Constelación de Orión sobre el año 10.500 a. C.
El geólogo de la Universidad de Boston, Robert Schoch, (a la izquierda), detectó erosión pluvial en la Esfinge de Gizeh, acontecida varios milenios antes del Imperio Antiguo Egipcio. Según los cálculos astronómicos de los autores de “El Misterio de Orión”, Robert Bauval (centro), y Graham Hancock, (derecha), el conjunto de Gizeh fue posicionado hacia Orión sobre el año 10.500 a. C.
MESOPOTAMIA
Nombre griego que significa “Entre los ríos” y que se refiere al país comprendido entre los ríos Tigris y Eufrates. Comprendía distintas regiones como Sumeria al sur, Acad en el centro, y Asiria, en el norte. En muchas ciudades de esta civilización, se han hallado muchos objetos y documentos antiguos que testimonian las huellas de un pasado remoto sorprendente.
Acad Ciudad situada a 50 kms al noroeste de Babilonia, también llamada Akkad, Agade, Abu Habba, y Sippar, que significa “ciudad de libros”, lo que indica que esta población fue célebre a causa de sus bibliotecas. Según las crónicas halladas por los arqueólogos, fue la capital del octavo monarca antediluviano, Emenduranna, quien reinó durante 21.000 años.
Las Tablillas de Nippur
Nippur o la ciudad de Nimrod, a 80 kilómetros al sureste de Babilonia, fue excavada por la Universidad de Pensilvania bajo los arqueólogos Peters, Haynes y Hilprecht, entre 1.880 y 1.900. Se encontraron 50.000 tablillas que se cree que fueron escritas durante el tercer milenio a. C., incluyendo una biblioteca de 20.000 tomos, diccionarios y obras completas sobre religión, literatura, leyes y ciencias. También se hallaron archivos de unos Reyes muy longevos.
Prisma de Weld
El Prisma dinástico de Weld: La Lista de los Reyes Sumerios
Se conocen más de una docena de ejemplares de Listas de Reyes Sumerios, encontrados en Babilonia, Susa, y en la Biblioteca Real Asiria de Nínive, del siglo VII a. C. Se cree que todos proceden de un original que probablemente fue escrito durante la tercera dinastía de Ur o un poco antes. El ejemplar mejor conservado de la Lista de Reyes Sumerios es el llamado Prisma de Weld-Blundell.
El Prisma de Weld fue escrito en cuneiforme hacia el 2.170 a. C. por un escriba que firma como Nur-Ninsubur, a finales de la dinastía Isin. El documento ofrece una lista completa de los Reyes de Sumer desde el comienzo, antes del Diluvio, hasta sus propios días, cuando reinaba Sin-Magir, Rey de Isin (1.827 a. C – 1.817 a. C) incluyendo además y expresamente a los 10 Reyes Longevos que vivieron antes del Diluvio Universal.
Se trata de un prisma excelente, de barro cocido, que fue hallado por la expedición Well-Blundell en el año 1.922, en Larsa, hogar del cuarto rey antediluviano, Kichunna, unos pocos kilómetros al norte de Ur, y que posteriormente ha sido depositado en el Museo Ashmolean de Oxford. Se cree que el objeto es anterior en más de un siglo a Abraham, y fue encontrado a poca distancia del hogar del patriarca hebreo.
La lista comienza así: “Tras descender el Reinado del Cielo, Eridú (lugar donde según la Biblia estuvo el Jardín del Edén) se convirtió en la sede del Reino”. La Lista de los Reyes Sumerios, al igual que la Biblia, habla acerca del Diluvio: “Después de que las aguas cubrieran la tierra y que la Realeza volviera a bajar del Cielo, la Realeza se asentó en Kis”. El objeto de la Lista Real era demostrar precisamente que la monarquía bajó del Cielo, y que había sido elegida una determinada ciudad para que dominara sobre todas las demás.
Beroso (Berossus), el historiador y escriba babilonio del año 300 a. C., basando su historia en archivos del Templo de Marduk, copiados a su vez de inscripciones primitivas, muchas de las cuales han sido descubiertas, nombró a los 10 Reyes Longevos de Sumeria, que reinaron entre 10.000 a 60.000 años cada uno de ellos. “En los días de Xisuthro (Zinsuddu) –dice Beroso– ocurrió el Gran Diluvio”.
Tanto las Tablillas de Nippur como el Prisma de Weld dan los nombres y reinados como siguen:
“Entonces, (después de Utnapishtim) el Diluvio destruyó la Tierra”. Estos son exactamente los mismos reyes que cita el historiador babilónico Beroso.
EGIPTO
En las cronologías de la civilización egipcia nos encontramos también con la presencia de unos seres, conocidos como Dioses y Semidioses. Los historiadores ortodoxos prefieren utilizar otros nombres, y a veces los “semidioses” pueden ser traducidos como “manes”, y los Espíritus se quedan convertidos en “héroes”. Se busca una coherencia en una lógica imposible, aunque sea a costa de profanar lo “sagrado”. Algunos de los documentos históricos más significativos que registran el pasado de la civilización egipcia son por ejemplo el Papiro de Turín, la Piedra de Palermo, y los textos que escribió el sacerdote egipcio Manetón. Pero hay más.
El Papiro de Turín
También conocido como Canon de Turín, no se conserva completo, y está escrito en lenguaje hierático. Se deduce que originalmente debía contener más de 300 nombres de Reyes, detallando con precisión los años, meses y días de cada reinado. Recoge los reinados de 10 llamados Dioses o Neteru y de varias dinastías de semidioses, como las de los Shemsu-Hor (Compañeros de Horus) y los Venerables de Menfis.
La cronología del Papiro de Turín finaliza así: “Los Akhu, Shemsu Hor, 13.420 años; reinados antes de los Shemsu Hor, 23.200 años; total: 36.620 años”.
La Piedra de Palermo se encuentra en el Museo de Palermo.
La Piedra de Palermo
A juzgar por el último rey que aparece en el listado, debería pertenecer al reinado del Faraón Neferirkare (2.446 – 2.426 a. C.), Rey de la V dinastía. Se trata de la mitad de una enorme losa de diorita negra, que originalmente debía medir aproximadamente unos 2 metros de longitud y 60 cms de altura, y que actualmente se puede contemplar en el Museo de Palermo, aunque en realidad existen 7 fragmentos en total distribuidos por diferentes museos del mundo.
El documento, en escritura jeroglífica, da cuenta de 120 reyes predinásticos que reinaron antes de que existiera oficialmente la civilización egipcia. De nuevo aparecen los nombres de los misteriosos “Dioses” y “Semidioses” engrosando las genealogías reales egipcias.
Manetón de Heliópolis
Manetón fue un sacerdote egipcio de Heliópolis que vivió en el siglo III a. C., durante los reinados de Ptolomeo I y II poco tiempo después del historiador babilónico Beroso, siendo ambos casi contemporáneos. Las cronologías que detalló Manetón encajan perfectamente con el Papiro de Turín y la Piedra de Palermo.
Manetón escribió “La Historia de Egipto” en 3 volúmenes o tomos, que en realidad ya no existen. Pero nos han llegado fragmentos recogidos por distintos autores. Por un lado, las citas de Flabio Josefo (siglo I d. C.); y por otro, los escritos de los llamados “padres” (autores relacionados con la Iglesia), como Julio Africano (siglo III d. C.), Eusebio de Cesarea (siglo IV d. C.), y Sincelo, conocido como Jorge el Monje (siglo IX d. C.).
Eusebio de Cesarea
Lista de los primeros Reyes de Egipto, según Eusebio de Cesarea
Pues bien, según recoge Eusebio, una dinastía de dioses reinó en Egipto durante 13.900 años: el primer dios fue Vulcano, el dios descubridor del fuego, después el Sol, Sosis, Saturno, Isis y Osiris, Tifón hermano de Osiris, y Horus hijo de Isis y Osiris.
A estos, siguieron dinastías de Semidioses héroes que reinaron durante 11.025 años. Lo que hace un total de 24.925 años. A partir de ese tiempo, aproximadamente sobre el 3.000 a. C. reinaría el primer faraón humano.
Parece que oficialmente es Menes el primer Faraón hombre, también identificado como Narmer, pero seguramente hubo algunos otros anteriores. De hecho se sabe que anteriormente a Menes reinaron otros monarcas como el Faraón Escorpión y el Faraón ka.
Sincelo (Jorge el Monje)
Según transmite Sincelo (Jorge el Monje), Seis dinastías de dioses reinaron durante 11.985 años. De nuevo, Hefesto dios del fuego, Helios o Sol, Agatodemon, Cronos o Saturno, Isis y Osiris y Tifón hermano de Osiris. Los primeros 9 semidioses que cita Sincelo son Horus (hijo de Isis y Osiris), Ares, Anubis, Heracles, Apolo, Amón, Titoes, Sosus, y Zeus, abarcando entre estos 9 semidioses un periodo de unos 2.645 años aproximadamente de reinado en Egipto.
A continuación, siguen sucediéndose dinastías de semidioses, espíritus, o héroes, abarcando entre todos ellos miles de años de reinados en Egipto, en unas cifras similares a las que establece Eusebio. Y todo esto, antes de que empezara a reinar en Egipto el primer faraón según la Historia oficial.
La primera Dinastía Legendaria de Egipto, según Sincelo:
Hay pequeñas diferencias entre las cronologías de Eusebio y Sincelo, pero ambas básicamente son muy similares en la línea y en el concepto esencial. Por ejemplo, Sincelo cataloga a Horus como el primero de los Semidioses, mientras que Eusebio lo nombra como el último de los dioses. Y además hay que tener en cuenta que ambos autores, Eusebio de Cesarea en el siglo IV, y Sincelo en el siglo IX, así como todos los demás, contextualizan siempre en algo los nombres de los Reyes según sus propias épocas, culturas, lenguas, y lugares de procedencia.
Todo el mundo ha concebido por ejemplo a Isis y Osiris como personajes únicamente mitológicos. Sin embargo el historiador Sincelo, por citar a uno cualquiera de ellos, basándose en las informaciones de Manetón, da fé de la existencia de este matrimonio de dioses, y establece que reinaron durante 433 años.
Si todos estos reyes hubieran sido figuras inventadas, probablemente no se hubieran hecho constar la duración de sus reinados en cifras tan exactas, sino que simplemente se habrían presentado esos períodos como espacios de tiempo indefinido. Llama la atención entonces por qué había tanta precisión en los cómputos de la duración de los reinados, como si hubieran sido acontecimientos completamente reales.
Gigantes e Híbridos
En cuanto al aspecto físico de los seres referidos en las antiguas cronologías, según refieren los escritos, se sabe que los Semidioses, héroes, etc., descendientes de los dioses, eran físicamente mucho más altos, voluminosos y fuertes que los seres humanos. Por eso se les llamaba también a menudo como “Gigantes”. A este respecto se han encontrado multitud de momias y esqueletos de individuos, repartidos por toda la Tierra, que vivieron en la antigüedad, que superaban los 2 metros e incluso los 3 metros de altura. Generalmente solían tener el pelo rubio y ojos claros. Por ejemplo, a través de las distintas fuentes de Manetón se habla del Monarca Sesocris, de quien se dice que su estatura era de 5 codos y 3 palmos (unos 3 metros).
1.- Estatua femenina de diosa con cabeza de reptil, procedente de Ur.
2.- Dios demonio con cabeza de chivo o carnero procedente del Valle de los Reyes. Egipto. (Museo Británico).
3.- Un dios alado con cabeza de águila procedente del Templo de Ninurta.
Seres transformados como híbridos, mitad animales mitad humanos, imágenes representadas constantemente en la antigüedad, consideradas hoy en día como mitología. Pero una mitología que sin embargo para los antiguos era una religión muy real. Los dioses, seres reales que eran ángeles caídos o demonios, aquellos que se rebelaron en el Cielo, y que según la Biblia, descendieron a habitar en la Tierra, podían materializarse y desmaterializarse a voluntad, y adoptar cualquier aspecto físico, por ejemplo, un híbrido de animal con humano….
Otras fuentes
* Por su parte, Julio Africano vuelve a referirse a los dioses, los semidioses, héroes y “espíritus”. Detalla que después del Diluvio, la primera casa real egipcia tuvo 8 reyes, el primero de los cuales fue Menes de Tis, que reinó durante 62 años. Fue arrollado por un hipopótamo (Eusebio precisa que era un dios en forma de hipopótamo) y pereció.
* Otros escritos antiguos recogen fragmentos procedentes de Manetón, como las selecciones latinas de Bárbaro, un autor que se cree que dependió de Julio Africano, y que podría identificarse con el Monje Aniano. Presenta pequeñas diferencias cronológicas habituales, pero igualmente se explaya en desarrollar largas genealogías de dinastías divinas y semidivinas.
Y otro fragmento del sacerdote egipcio de Heliópolis se recoge en la Crónica de Malalas, en torno al 500 d. C., en el que se explica que “el primer Rey de Egipto pertenecía a la tribu de Cam, el hijo de Noé, llamado también Naracó, pero anteriormente a éste, existieron otros antiguos reinos de Egipto, ya señalados por el sapientísimo Manetón”.
* No podemos olvidar tampoco el importante testimonio de Diodoro de Sicilia, un famoso historiador griego del siglo I a. C., que empleó 30 años en escribir una Historia Universal, para lo cual visitó todos los lugares y monumentos que mencionó. En Egipto fue ilustrado por los sacerdotes y eruditos egipcios de aquella época, y no dudó en escribir que los primeros monarcas del país del Nilo reinaban desde hacía 23.000 años. Otra vez asomaban dioses y semidioses en la cronología de Egipto, en un tiempo en el que todavía no reinaban los seres humanos.
* Hay muchos otros testimonios extraordinarios de seres extraterrestres en la Tierra, como por ejemplo las figuras pintadas en Tassili, reproduciendo lo que parecen seres y naves de fuera de la Tierra, raptando a mujeres, y en otras actitudes.
Pero además de estos valiosos escritos, existen otras fuentes, como por ejemplo las que recoge en su libro “En busca de la Edad de Oro” el investigador Javier Sierra, de la mano de Robert Bauval:
“Robert Bauval me remitió a otros documentos egipcios mucho más antiguos que los escritos de Manetón, para ayudarme a centrar el problema. Esos documentos son los ya célebres Textos de las Pirámides, hallados en monumentos de ese tipo de la V y VI dinastías, o en los menos conocidos Textos de la Construcción*, esculpidos a lo largo de los muros de los templos de Edfu y Dendera. En ellos, según Bauval, se encierra la pieza clave para entender quiénes fueron los verdaderos fundadores de Egipto”.
[* Textos de la Construcción: En el Templo de Edfu están grabados los Textos de la Construcción. En éstos se habla de unos constructores conocidos con el nombre de los Siete Sabios, procedentes de una isla arrasada por las aguas. Estos sabios fundaron una hermandad secreta (Shemsu-Hor), con el objetivo de preservar, generación tras generación, algunos de los conocimientos matemáticos y astronómicos más relevantes].
Por último, también tenemos La Biblia o Sagradas Escrituras como documento histórico que habla también de unos dioses que bajaron a la Tierra y de sus descendientes gigantes, llamados también “héroes de renombre”. También la Biblia relata acerca de una longevidad primitiva, sobre todo en la época antediluviana. En su primer libro, Génesis, se revela por ejemplo que Noé vivió 950 años. Enós vivió 905 años. Cainán vivió 910 años. Mahalaleel vivió 895 años, y así un largo etcétera.
¿Años convertidos en Meses?
Algunos autores ortodoxos han intentado explicar por qué los historiadores egipcios y los documentos encontrados hablaban de unos reyes antiguos tan longevos y de la existencia de unos seres considerados como dioses y semidioses. Según esta visión, los años en realidad serían meses, y todo lo referido a los dioses debía considerarse como simple mitología. Esa sería la única manera en la que podría explicarse el enigma de las “Cronologías Imposibles”. Pero este tipo de cómputo por meses no cuadra, porque entonces surgirían varios interrogantes:
1.- Si todos los historiadores y documentos antiguos, (piedras, estelas, papiros, etc…) a partir de la primera dinastía oficial de Menes, y siguiendo con las dinastías del Imperio Antiguo, Imperio Medio e Imperio Nuevo, contabilizan siempre los años como años y nunca como meses, ¿Por qué hay que considerar que los años se convierten en meses desde Menes hacia atrás en el tiempo?
2.- Dado el dominio magistral de las ciencias y los avanzados conocimientos celestes y astronómicos (en la antigüedad astronomía y astrología eran lo mismo) que tenían los egipcios, ¿cómo podrían confundir, o interpretar, un ciclo anual celeste con todas sus características, estaciones del año, paso de las constelaciones, solsticios, etc…, con un ciclo mensual?
Para cualquier astrólogo y astrónomo de hoy en día, esa explicación sería un disparate absolutamente espectacular. Se nos hace del todo imposible imaginar que los eruditos de Egipto pudiesen cometer semejante equivocación, antes al contrario, acusar de tal proceder viene a ser poco menos que un insulto para los conocimientos de los moradores de las riberas del río Nilo. La conclusión, evidente, es que un ciclo astronómico anual para los egipcios siempre fue de 1 año natural y nunca de 1 mes.
El mismo cómputo del tiempo sirvió para medir los reinados de los faraones humanos y el de los Reyes Dioses. Precisamente el movimiento y la vida de la bóveda celeste constituían para los egipcios la base de su religión, a la que confiaban sus almas, y respetar dichos ciclos cronológicos y celestes era algo absolutamente sagrado e imprescindible.
3.- La Historia y Ciencia oficiales han intentado interpretar los años como meses porque no les cuadran las cuentas. Se han inventado un cómputo de tiempo hecho a nuestra medida, a la de los seres humanos en la actualidad. Pero la contabilidad cronológica egipcia o babilónica iba por otro camino. Hemos visto ya, por ejemplo cuando hemos citado el Papiro de Turín, que los reinados de los Reyes se medía minuciosamente en años, meses y hasta en días. Luego entonces no hay justificación ninguna como para poder interpretar o confundir los años con los meses, ni los meses con los días.
¿Quiénes eran Los Akhu?
Algunas de las familias de Semidioses que reinaron en Egipto son denominadas “Akhu” o Espíritus. Akhu deriva de la raíz Akh, que significa luz, fulgor o brillo. Se puede traducir como espíritu transformado, espíritu luminoso, ser desarrollado o evolucionado, ser transfigurado, ser sobrenatural, etc… El Akhu tenía la cualidad de que podía dar a su ser cualquier forma que deseara. Un ser o espíritu se transfiguraba para intervenir en el mundo físico de la Tierra.
El Akhu se representaba como “un pájaro”, pero ante las personas se aparecía como si fuera un fantasma. Eran seres que podían intervenir tanto en el plano físico como en el plano invisible.
Cronologías imposibles en todo el mundo
Pero no sólo fueron los egipcios o babilonios, también los persas, hindúes, griegos, etc…, todos los pueblos antiguos tenían tradiciones de la gran longevidad de los primeros habitantes de la Tierra. ¿Todos los registros del mundo hablaban de dioses porque sí, y tenían los mismos errores de computación del tiempo, referenciando a unos reyes tan longevos? ¿De dónde podrían venir tales tradiciones sino del hecho mismo de que esos dioses existieron realmente, y que los habitantes de aquella época remota antediluviana vivían ciertamente muy largo tiempo?
¿Todo lo presentado aquí es simplemente la fabulación mitológica de los antiguos? Desde luego que no. Porque si por el contrario optamos por aceptar la versión de la ciencia oficial actual, entonces sí que tenemos que prepararnos para encontrar una explicación mucho más fantasiosa y manipulada, a la vez que contradictoria.
ADMINISTRADOR
Existen indicios, evidencias, y pruebas, que demuestran que la Historia retrocede mucho más en el tiempo de lo que siempre se ha creído, en una época remota en la que todavía no existían ni los seres humanos. Pero sí habitaban y reinaban en la Tierra otros seres. Una época remota enterrada por la arena del paso del tiempo, pero de la que conservamos algunos recuerdos…
En 1.991 el geólogo de la Universidad de Boston, Robert Schoch detectó que la Esfinge de Gizeh, en Egipto, había sufrido erosión de agua varios milenios antes de que comenzara oficialmente la Civilización de Egipto.
Por su parte, los investigadores Robert Bauval y Graham Hancock, autores del libro “El Misterio de Orión”, mediante la utilización de un programa informático que recreaba el paisaje astronómico en el pasado, calcularon que el conjunto de Gizeh fue posicionado hacia la Constelación de Orión sobre el año 10.500 a. C.
El geólogo de la Universidad de Boston, Robert Schoch, (a la izquierda), detectó erosión pluvial en la Esfinge de Gizeh, acontecida varios milenios antes del Imperio Antiguo Egipcio. Según los cálculos astronómicos de los autores de “El Misterio de Orión”, Robert Bauval (centro), y Graham Hancock, (derecha), el conjunto de Gizeh fue posicionado hacia Orión sobre el año 10.500 a. C.
MESOPOTAMIA
Nombre griego que significa “Entre los ríos” y que se refiere al país comprendido entre los ríos Tigris y Eufrates. Comprendía distintas regiones como Sumeria al sur, Acad en el centro, y Asiria, en el norte. En muchas ciudades de esta civilización, se han hallado muchos objetos y documentos antiguos que testimonian las huellas de un pasado remoto sorprendente.
Acad Ciudad situada a 50 kms al noroeste de Babilonia, también llamada Akkad, Agade, Abu Habba, y Sippar, que significa “ciudad de libros”, lo que indica que esta población fue célebre a causa de sus bibliotecas. Según las crónicas halladas por los arqueólogos, fue la capital del octavo monarca antediluviano, Emenduranna, quien reinó durante 21.000 años.
Las Tablillas de Nippur
Nippur o la ciudad de Nimrod, a 80 kilómetros al sureste de Babilonia, fue excavada por la Universidad de Pensilvania bajo los arqueólogos Peters, Haynes y Hilprecht, entre 1.880 y 1.900. Se encontraron 50.000 tablillas que se cree que fueron escritas durante el tercer milenio a. C., incluyendo una biblioteca de 20.000 tomos, diccionarios y obras completas sobre religión, literatura, leyes y ciencias. También se hallaron archivos de unos Reyes muy longevos.
Prisma de Weld
El Prisma dinástico de Weld: La Lista de los Reyes Sumerios
Se conocen más de una docena de ejemplares de Listas de Reyes Sumerios, encontrados en Babilonia, Susa, y en la Biblioteca Real Asiria de Nínive, del siglo VII a. C. Se cree que todos proceden de un original que probablemente fue escrito durante la tercera dinastía de Ur o un poco antes. El ejemplar mejor conservado de la Lista de Reyes Sumerios es el llamado Prisma de Weld-Blundell.
El Prisma de Weld fue escrito en cuneiforme hacia el 2.170 a. C. por un escriba que firma como Nur-Ninsubur, a finales de la dinastía Isin. El documento ofrece una lista completa de los Reyes de Sumer desde el comienzo, antes del Diluvio, hasta sus propios días, cuando reinaba Sin-Magir, Rey de Isin (1.827 a. C – 1.817 a. C) incluyendo además y expresamente a los 10 Reyes Longevos que vivieron antes del Diluvio Universal.
Se trata de un prisma excelente, de barro cocido, que fue hallado por la expedición Well-Blundell en el año 1.922, en Larsa, hogar del cuarto rey antediluviano, Kichunna, unos pocos kilómetros al norte de Ur, y que posteriormente ha sido depositado en el Museo Ashmolean de Oxford. Se cree que el objeto es anterior en más de un siglo a Abraham, y fue encontrado a poca distancia del hogar del patriarca hebreo.
La lista comienza así: “Tras descender el Reinado del Cielo, Eridú (lugar donde según la Biblia estuvo el Jardín del Edén) se convirtió en la sede del Reino”. La Lista de los Reyes Sumerios, al igual que la Biblia, habla acerca del Diluvio: “Después de que las aguas cubrieran la tierra y que la Realeza volviera a bajar del Cielo, la Realeza se asentó en Kis”. El objeto de la Lista Real era demostrar precisamente que la monarquía bajó del Cielo, y que había sido elegida una determinada ciudad para que dominara sobre todas las demás.
Beroso (Berossus), el historiador y escriba babilonio del año 300 a. C., basando su historia en archivos del Templo de Marduk, copiados a su vez de inscripciones primitivas, muchas de las cuales han sido descubiertas, nombró a los 10 Reyes Longevos de Sumeria, que reinaron entre 10.000 a 60.000 años cada uno de ellos. “En los días de Xisuthro (Zinsuddu) –dice Beroso– ocurrió el Gran Diluvio”.
Tanto las Tablillas de Nippur como el Prisma de Weld dan los nombres y reinados como siguen:
“Entonces, (después de Utnapishtim) el Diluvio destruyó la Tierra”. Estos son exactamente los mismos reyes que cita el historiador babilónico Beroso.
EGIPTO
En las cronologías de la civilización egipcia nos encontramos también con la presencia de unos seres, conocidos como Dioses y Semidioses. Los historiadores ortodoxos prefieren utilizar otros nombres, y a veces los “semidioses” pueden ser traducidos como “manes”, y los Espíritus se quedan convertidos en “héroes”. Se busca una coherencia en una lógica imposible, aunque sea a costa de profanar lo “sagrado”. Algunos de los documentos históricos más significativos que registran el pasado de la civilización egipcia son por ejemplo el Papiro de Turín, la Piedra de Palermo, y los textos que escribió el sacerdote egipcio Manetón. Pero hay más.
El Papiro de Turín
También conocido como Canon de Turín, no se conserva completo, y está escrito en lenguaje hierático. Se deduce que originalmente debía contener más de 300 nombres de Reyes, detallando con precisión los años, meses y días de cada reinado. Recoge los reinados de 10 llamados Dioses o Neteru y de varias dinastías de semidioses, como las de los Shemsu-Hor (Compañeros de Horus) y los Venerables de Menfis.
La cronología del Papiro de Turín finaliza así: “Los Akhu, Shemsu Hor, 13.420 años; reinados antes de los Shemsu Hor, 23.200 años; total: 36.620 años”.
La Piedra de Palermo se encuentra en el Museo de Palermo.
La Piedra de Palermo
A juzgar por el último rey que aparece en el listado, debería pertenecer al reinado del Faraón Neferirkare (2.446 – 2.426 a. C.), Rey de la V dinastía. Se trata de la mitad de una enorme losa de diorita negra, que originalmente debía medir aproximadamente unos 2 metros de longitud y 60 cms de altura, y que actualmente se puede contemplar en el Museo de Palermo, aunque en realidad existen 7 fragmentos en total distribuidos por diferentes museos del mundo.
El documento, en escritura jeroglífica, da cuenta de 120 reyes predinásticos que reinaron antes de que existiera oficialmente la civilización egipcia. De nuevo aparecen los nombres de los misteriosos “Dioses” y “Semidioses” engrosando las genealogías reales egipcias.
Manetón de Heliópolis
Manetón fue un sacerdote egipcio de Heliópolis que vivió en el siglo III a. C., durante los reinados de Ptolomeo I y II poco tiempo después del historiador babilónico Beroso, siendo ambos casi contemporáneos. Las cronologías que detalló Manetón encajan perfectamente con el Papiro de Turín y la Piedra de Palermo.
Manetón escribió “La Historia de Egipto” en 3 volúmenes o tomos, que en realidad ya no existen. Pero nos han llegado fragmentos recogidos por distintos autores. Por un lado, las citas de Flabio Josefo (siglo I d. C.); y por otro, los escritos de los llamados “padres” (autores relacionados con la Iglesia), como Julio Africano (siglo III d. C.), Eusebio de Cesarea (siglo IV d. C.), y Sincelo, conocido como Jorge el Monje (siglo IX d. C.).
Eusebio de Cesarea
Lista de los primeros Reyes de Egipto, según Eusebio de Cesarea
Pues bien, según recoge Eusebio, una dinastía de dioses reinó en Egipto durante 13.900 años: el primer dios fue Vulcano, el dios descubridor del fuego, después el Sol, Sosis, Saturno, Isis y Osiris, Tifón hermano de Osiris, y Horus hijo de Isis y Osiris.
A estos, siguieron dinastías de Semidioses héroes que reinaron durante 11.025 años. Lo que hace un total de 24.925 años. A partir de ese tiempo, aproximadamente sobre el 3.000 a. C. reinaría el primer faraón humano.
Parece que oficialmente es Menes el primer Faraón hombre, también identificado como Narmer, pero seguramente hubo algunos otros anteriores. De hecho se sabe que anteriormente a Menes reinaron otros monarcas como el Faraón Escorpión y el Faraón ka.
Sincelo (Jorge el Monje)
Según transmite Sincelo (Jorge el Monje), Seis dinastías de dioses reinaron durante 11.985 años. De nuevo, Hefesto dios del fuego, Helios o Sol, Agatodemon, Cronos o Saturno, Isis y Osiris y Tifón hermano de Osiris. Los primeros 9 semidioses que cita Sincelo son Horus (hijo de Isis y Osiris), Ares, Anubis, Heracles, Apolo, Amón, Titoes, Sosus, y Zeus, abarcando entre estos 9 semidioses un periodo de unos 2.645 años aproximadamente de reinado en Egipto.
A continuación, siguen sucediéndose dinastías de semidioses, espíritus, o héroes, abarcando entre todos ellos miles de años de reinados en Egipto, en unas cifras similares a las que establece Eusebio. Y todo esto, antes de que empezara a reinar en Egipto el primer faraón según la Historia oficial.
La primera Dinastía Legendaria de Egipto, según Sincelo:
Hay pequeñas diferencias entre las cronologías de Eusebio y Sincelo, pero ambas básicamente son muy similares en la línea y en el concepto esencial. Por ejemplo, Sincelo cataloga a Horus como el primero de los Semidioses, mientras que Eusebio lo nombra como el último de los dioses. Y además hay que tener en cuenta que ambos autores, Eusebio de Cesarea en el siglo IV, y Sincelo en el siglo IX, así como todos los demás, contextualizan siempre en algo los nombres de los Reyes según sus propias épocas, culturas, lenguas, y lugares de procedencia.
Todo el mundo ha concebido por ejemplo a Isis y Osiris como personajes únicamente mitológicos. Sin embargo el historiador Sincelo, por citar a uno cualquiera de ellos, basándose en las informaciones de Manetón, da fé de la existencia de este matrimonio de dioses, y establece que reinaron durante 433 años.
Si todos estos reyes hubieran sido figuras inventadas, probablemente no se hubieran hecho constar la duración de sus reinados en cifras tan exactas, sino que simplemente se habrían presentado esos períodos como espacios de tiempo indefinido. Llama la atención entonces por qué había tanta precisión en los cómputos de la duración de los reinados, como si hubieran sido acontecimientos completamente reales.
Gigantes e Híbridos
En cuanto al aspecto físico de los seres referidos en las antiguas cronologías, según refieren los escritos, se sabe que los Semidioses, héroes, etc., descendientes de los dioses, eran físicamente mucho más altos, voluminosos y fuertes que los seres humanos. Por eso se les llamaba también a menudo como “Gigantes”. A este respecto se han encontrado multitud de momias y esqueletos de individuos, repartidos por toda la Tierra, que vivieron en la antigüedad, que superaban los 2 metros e incluso los 3 metros de altura. Generalmente solían tener el pelo rubio y ojos claros. Por ejemplo, a través de las distintas fuentes de Manetón se habla del Monarca Sesocris, de quien se dice que su estatura era de 5 codos y 3 palmos (unos 3 metros).
1.- Estatua femenina de diosa con cabeza de reptil, procedente de Ur.
2.- Dios demonio con cabeza de chivo o carnero procedente del Valle de los Reyes. Egipto. (Museo Británico).
3.- Un dios alado con cabeza de águila procedente del Templo de Ninurta.
Seres transformados como híbridos, mitad animales mitad humanos, imágenes representadas constantemente en la antigüedad, consideradas hoy en día como mitología. Pero una mitología que sin embargo para los antiguos era una religión muy real. Los dioses, seres reales que eran ángeles caídos o demonios, aquellos que se rebelaron en el Cielo, y que según la Biblia, descendieron a habitar en la Tierra, podían materializarse y desmaterializarse a voluntad, y adoptar cualquier aspecto físico, por ejemplo, un híbrido de animal con humano….
Otras fuentes
* Por su parte, Julio Africano vuelve a referirse a los dioses, los semidioses, héroes y “espíritus”. Detalla que después del Diluvio, la primera casa real egipcia tuvo 8 reyes, el primero de los cuales fue Menes de Tis, que reinó durante 62 años. Fue arrollado por un hipopótamo (Eusebio precisa que era un dios en forma de hipopótamo) y pereció.
* Otros escritos antiguos recogen fragmentos procedentes de Manetón, como las selecciones latinas de Bárbaro, un autor que se cree que dependió de Julio Africano, y que podría identificarse con el Monje Aniano. Presenta pequeñas diferencias cronológicas habituales, pero igualmente se explaya en desarrollar largas genealogías de dinastías divinas y semidivinas.
Y otro fragmento del sacerdote egipcio de Heliópolis se recoge en la Crónica de Malalas, en torno al 500 d. C., en el que se explica que “el primer Rey de Egipto pertenecía a la tribu de Cam, el hijo de Noé, llamado también Naracó, pero anteriormente a éste, existieron otros antiguos reinos de Egipto, ya señalados por el sapientísimo Manetón”.
* No podemos olvidar tampoco el importante testimonio de Diodoro de Sicilia, un famoso historiador griego del siglo I a. C., que empleó 30 años en escribir una Historia Universal, para lo cual visitó todos los lugares y monumentos que mencionó. En Egipto fue ilustrado por los sacerdotes y eruditos egipcios de aquella época, y no dudó en escribir que los primeros monarcas del país del Nilo reinaban desde hacía 23.000 años. Otra vez asomaban dioses y semidioses en la cronología de Egipto, en un tiempo en el que todavía no reinaban los seres humanos.
* Hay muchos otros testimonios extraordinarios de seres extraterrestres en la Tierra, como por ejemplo las figuras pintadas en Tassili, reproduciendo lo que parecen seres y naves de fuera de la Tierra, raptando a mujeres, y en otras actitudes.
Pero además de estos valiosos escritos, existen otras fuentes, como por ejemplo las que recoge en su libro “En busca de la Edad de Oro” el investigador Javier Sierra, de la mano de Robert Bauval:
“Robert Bauval me remitió a otros documentos egipcios mucho más antiguos que los escritos de Manetón, para ayudarme a centrar el problema. Esos documentos son los ya célebres Textos de las Pirámides, hallados en monumentos de ese tipo de la V y VI dinastías, o en los menos conocidos Textos de la Construcción*, esculpidos a lo largo de los muros de los templos de Edfu y Dendera. En ellos, según Bauval, se encierra la pieza clave para entender quiénes fueron los verdaderos fundadores de Egipto”.
[* Textos de la Construcción: En el Templo de Edfu están grabados los Textos de la Construcción. En éstos se habla de unos constructores conocidos con el nombre de los Siete Sabios, procedentes de una isla arrasada por las aguas. Estos sabios fundaron una hermandad secreta (Shemsu-Hor), con el objetivo de preservar, generación tras generación, algunos de los conocimientos matemáticos y astronómicos más relevantes].
Por último, también tenemos La Biblia o Sagradas Escrituras como documento histórico que habla también de unos dioses que bajaron a la Tierra y de sus descendientes gigantes, llamados también “héroes de renombre”. También la Biblia relata acerca de una longevidad primitiva, sobre todo en la época antediluviana. En su primer libro, Génesis, se revela por ejemplo que Noé vivió 950 años. Enós vivió 905 años. Cainán vivió 910 años. Mahalaleel vivió 895 años, y así un largo etcétera.
¿Años convertidos en Meses?
Algunos autores ortodoxos han intentado explicar por qué los historiadores egipcios y los documentos encontrados hablaban de unos reyes antiguos tan longevos y de la existencia de unos seres considerados como dioses y semidioses. Según esta visión, los años en realidad serían meses, y todo lo referido a los dioses debía considerarse como simple mitología. Esa sería la única manera en la que podría explicarse el enigma de las “Cronologías Imposibles”. Pero este tipo de cómputo por meses no cuadra, porque entonces surgirían varios interrogantes:
1.- Si todos los historiadores y documentos antiguos, (piedras, estelas, papiros, etc…) a partir de la primera dinastía oficial de Menes, y siguiendo con las dinastías del Imperio Antiguo, Imperio Medio e Imperio Nuevo, contabilizan siempre los años como años y nunca como meses, ¿Por qué hay que considerar que los años se convierten en meses desde Menes hacia atrás en el tiempo?
2.- Dado el dominio magistral de las ciencias y los avanzados conocimientos celestes y astronómicos (en la antigüedad astronomía y astrología eran lo mismo) que tenían los egipcios, ¿cómo podrían confundir, o interpretar, un ciclo anual celeste con todas sus características, estaciones del año, paso de las constelaciones, solsticios, etc…, con un ciclo mensual?
Para cualquier astrólogo y astrónomo de hoy en día, esa explicación sería un disparate absolutamente espectacular. Se nos hace del todo imposible imaginar que los eruditos de Egipto pudiesen cometer semejante equivocación, antes al contrario, acusar de tal proceder viene a ser poco menos que un insulto para los conocimientos de los moradores de las riberas del río Nilo. La conclusión, evidente, es que un ciclo astronómico anual para los egipcios siempre fue de 1 año natural y nunca de 1 mes.
El mismo cómputo del tiempo sirvió para medir los reinados de los faraones humanos y el de los Reyes Dioses. Precisamente el movimiento y la vida de la bóveda celeste constituían para los egipcios la base de su religión, a la que confiaban sus almas, y respetar dichos ciclos cronológicos y celestes era algo absolutamente sagrado e imprescindible.
3.- La Historia y Ciencia oficiales han intentado interpretar los años como meses porque no les cuadran las cuentas. Se han inventado un cómputo de tiempo hecho a nuestra medida, a la de los seres humanos en la actualidad. Pero la contabilidad cronológica egipcia o babilónica iba por otro camino. Hemos visto ya, por ejemplo cuando hemos citado el Papiro de Turín, que los reinados de los Reyes se medía minuciosamente en años, meses y hasta en días. Luego entonces no hay justificación ninguna como para poder interpretar o confundir los años con los meses, ni los meses con los días.
¿Quiénes eran Los Akhu?
Algunas de las familias de Semidioses que reinaron en Egipto son denominadas “Akhu” o Espíritus. Akhu deriva de la raíz Akh, que significa luz, fulgor o brillo. Se puede traducir como espíritu transformado, espíritu luminoso, ser desarrollado o evolucionado, ser transfigurado, ser sobrenatural, etc… El Akhu tenía la cualidad de que podía dar a su ser cualquier forma que deseara. Un ser o espíritu se transfiguraba para intervenir en el mundo físico de la Tierra.
El Akhu se representaba como “un pájaro”, pero ante las personas se aparecía como si fuera un fantasma. Eran seres que podían intervenir tanto en el plano físico como en el plano invisible.
Cronologías imposibles en todo el mundo
Pero no sólo fueron los egipcios o babilonios, también los persas, hindúes, griegos, etc…, todos los pueblos antiguos tenían tradiciones de la gran longevidad de los primeros habitantes de la Tierra. ¿Todos los registros del mundo hablaban de dioses porque sí, y tenían los mismos errores de computación del tiempo, referenciando a unos reyes tan longevos? ¿De dónde podrían venir tales tradiciones sino del hecho mismo de que esos dioses existieron realmente, y que los habitantes de aquella época remota antediluviana vivían ciertamente muy largo tiempo?
¿Todo lo presentado aquí es simplemente la fabulación mitológica de los antiguos? Desde luego que no. Porque si por el contrario optamos por aceptar la versión de la ciencia oficial actual, entonces sí que tenemos que prepararnos para encontrar una explicación mucho más fantasiosa y manipulada, a la vez que contradictoria.
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DOCUMENTOS HISTORICOS
dimecres, 25 de maig del 2016
EL CASO ROYAL R RIFE
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SALUD
dimarts, 24 de maig del 2016
Notre Dame y los alquimistas...
Desde una de las torres de la famosa catedral gótica, un anciano con gorro frigio y capa, el alquimista, observa el mundo. Iglesias y museos como el de Cluny desvelan secretos en el mapa parisiense.
1 - LA BARCA DE ISIS
En 1905, durante la construcción del metro parisiense, bajo los antiguos fosos de la Bastilla se encontró una estatua de Isis. La gran diosa negra cuyo culto expandieron las legiones romanas hasta las fronteras del imperio estaría en la etimología de la ciudad (Par-Isis, la barca de Isis).
En 1905, durante la construcción del metro parisiense, bajo los antiguos fosos de la Bastilla se encontró una estatua de Isis. La gran diosa negra cuyo culto expandieron las legiones romanas hasta las fronteras del imperio estaría en la etimología de la ciudad (Par-Isis, la barca de Isis).
Lo cierto es que la isla de la Cité, vista desde el cielo, se parece a
las barcas que en los albores de la historia surcaban el Nilo, en la
"tierra negra" donde nacieron Hermes Trismegisto y el arte de transmutar
en oro los metales viles. La antigua diosa egipcia fue transformada en
el siglo XII en virgen negra, y la cripta en la que se le rendía culto
puede ser visitada en el subsuelo de la isla, frente a la catedral de
Notre Dame. Allí, delante de la prodigiosa fachada donde se reunían los
alquimistas cada sábado, bien puede comenzar nuestro recorrido.
2- FULCANELLI Y LA CATEDRAL
Fulcanelli, el último alquimista célebre, dedicó su vida y su libro más imperecedero a desvelar el misterio cifrado en la catedral de Notre Dame. Su propia identidad está rodeada de misterio: para algunos, se trata de un oficial de ingenieros que colaboró con Eugène Emmanuel Viollet-le-Duc en la restauración de Notre Dame; para otros, del propio Jean-Julien de Champagne, que firmó las ilustraciones de El misterio de las catedrales. Cuentan que murió en 1932, en la buhardilla del 59 bis de la Rue de Rochechouart, cerca de la Gare du Nord, aunque muchos de los hechos relatados en sus obras ocurren después de la II Guerra Mundial, lo que alimenta la fantasía de que consiguió el elixir que brinda la vida eterna, cuya receta leen los iniciados en la fachada de la catedral.
Fulcanelli, el último alquimista célebre, dedicó su vida y su libro más imperecedero a desvelar el misterio cifrado en la catedral de Notre Dame. Su propia identidad está rodeada de misterio: para algunos, se trata de un oficial de ingenieros que colaboró con Eugène Emmanuel Viollet-le-Duc en la restauración de Notre Dame; para otros, del propio Jean-Julien de Champagne, que firmó las ilustraciones de El misterio de las catedrales. Cuentan que murió en 1932, en la buhardilla del 59 bis de la Rue de Rochechouart, cerca de la Gare du Nord, aunque muchos de los hechos relatados en sus obras ocurren después de la II Guerra Mundial, lo que alimenta la fantasía de que consiguió el elixir que brinda la vida eterna, cuya receta leen los iniciados en la fachada de la catedral.
A uno y otro lado del gran pórtico se suceden dos series de 12
medallones y 12 figuras que representan distintos elementos y fases de
la operación alquímica. Un caballero con armadura y lanza que protege el
atanor (el horno donde se prepara la cocción); el cuervo, símbolo de la
putrefacción necesaria para la separación de lo puro y lo impuro que
subyacen en un mismo compuesto; un hombre que sostiene un atanor abierto
y, en su mano derecha, la piedra...
En lo alto, allí donde vivía el jorobado de Victor Hugo, podemos
observar, en el ángulo de la torre septentrional, rodeado de quimeras,
el impresionante relieve de un anciano con gorro frigio y capa, que se
apoya con una mano en la balaustrada y con la otra se acaricia la barba:
el alquimista, que escruta e interroga la evolución de la obra.
En el otro extremo de la isla se sitúa la Sainte-Chapelle, erigida
entre 1245 y 1248 para guardar las reliquias de la Pasión. Sus
maravillosos vitrales fueron realizados por procedimientos alquímicos.
El preferido de Fulcanelli es el de la Matanza de los Inocentes,
alegoría que cifra la muerte de la materia prima en manos del mercurio,
para su posterior resurrección.
3- EL LEGADO DE FLAMEL
Los masones medievales grabaron los símbolos de la doctrina hermética en los muros de las catedrales, que ejercieron su influencia sobre otras muestras de la arquitectura civil y religiosa: en la rive droite, detrás del Louvre, la iglesia de Saint-Germain l'Auxerrois, que sorprende con sus aterradoras gárgolas y una sugerente escultura de María la Egipcia; poco más al este, la de Saint-Merri y la de Saint-Martin-des-Champs.
De la antigua iglesia de Saint-Jacques de la Boucherie hoy sólo queda la torre donde partían peregrinaciones a Santiago de Compostela. A pocos metros de la torre se cruzan dos calles con el nombre de Nicolas Flamel (quien encargó en 1389 la ejecución del pórtico de Saint-Jacques) y de su mujer, Perrenelle.
Ocho calles más al norte, en el número 51 de la Rue de Montmorency,
una placa escéptica reza: "Aquí vivió Nicolas Flamel, un rico burgués
parisiense, feligrés de Saint-Jacques de la Boucherie, al que una
leyenda tenaz quiere convertir en alquimista en busca de la piedra
filosofal y del modo de convertir el plomo en oro". Nadie niega, sin
embargo, que Flamel dedicó toda su fortuna a la construcción de
albergues para mendigos, hospitales y el cementerio de los Inocentes, en
cuyo frontispicio hizo grabar un jeroglífico con las claves de la
ciencia de Hermes, que él aprendió, según cuenta en su críptica y
deslumbrante obra, del maestro Canches en León.
Un cronista del siglo XVIII aseguró haberlo visto en la Ópera de París
con su mujer, Perrenelle, cuatro siglos después de su presunta muerte, y
una leyenda cuenta que al levantar su lápida no se hallaron los restos.
La lápida de Flamel puede descifrarse en el Museo de Cluny.
Este museo alberga también la serie de tapices medievales La dama y
el unicornio, que según los hermetistas no es, o no es sólo, una
interpretación alegórica de los sentidos sensoriales, sino también de la
labor alquímica: la dama lleva una bandera con tres medias lunas que
representan la fracción de mercurio recogido al fin de la primera
operación, tres veces inferior que la totalidad del mismo al principio
del proceso ... Fulcanelli, Jean-Julien de Champagne (a menos que fueran
el mismo), René Schwaller (para algunos, el verdadero autor de las
obras adjudicadas a Fulcanelli) y los hijos de Ferdinand de Lesseps
solían reunirse cerca de allí, en el número 76 de la Rue de Rennes, en
la Livrairie du Merveilleux.
Su dueño, Pierre Dujols, poseía un fichero único de ciencias ocultas.
La mítica librería ya no existe, pero los entendidos aseguran que en
las librerías esotéricas cercanas a la plaza de Saint-Michel pueden
realizarse "buenos contactos".
4- EL PÉNDULO Y LA PIRÁMIDE
Los herederos de los templarios realizaban sus reuniones secretas cerca de la casa de Flamel, en el sótano del Conservatoire des Arts et Métiers, junto al gigantesco péndulo de Foucault (que hoy se encuentra en el Panteón); al menos según la imaginación de Umberto Eco. Igualmente delirante y verosímil a un tiempo es la idea de Dan Brown: el Santo Grial está enterrado en el vértice inferior de la pirámide del Louvre inaugurada en 1989. Transparente y enigmática, esta pirámide de reminiscencias egipcias está destinada a exaltar la imaginación con el mismo magnetismo que la gótica fachada de Notre Dame.
Fuente-http://misteriosconxana.blogspot.com.es/2015/07/notre-dame-y-los-alquimistas.html
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ARQUEOLOGIA-MISTERIOS,
CONOCIMIENTO SAGRADO
dilluns, 23 de maig del 2016
dimarts, 17 de maig del 2016
WESAK 2016
Al respecto al Wesak y las preguntas al respecto de las dos
lunas llenas de Tauro este año.
Nosotros festejaremos el Wesak en el curso de la luna llena
de Mayo.
He aquí un texto que nos fue transmitido hace ya un tiempo,
pero que esta siempre de actualidad.
De Anne Givaudan
“Quisiéramos entablar esta comunicación sobre el punto clave
que preocupa a algunos de entre vosotros. Este punto se refiere a la fiesta del
Wesak. Todos sabeis que existen algunos años, como este año por ejemplo, que un
punto de duda se despierta al respecto de la fecha exacta de esta fiesta.
Vuestros amigos budistas tibetanos, por ejemplo celebran el Wesak en la luna
llena del signo de Tauro, en cuanto a vosotros, se os dijo que el Wesak debia
celebrarse en la luna llena de Mayo. Comprendemos pues el porque de vuestra
duda y la inquietud de algunos de entre vosotros.
He aquí pues los hechos.Inicialmente en la tradición budista
ancestral,es cierto que el Wesak dse hacia en la luna llena de Tauro. Es
ciertamente la luna llena en que esta fiesta debe ser celebrada, ya que esta se
asocia unicamente a la vida del hermano Buda, a su nacimiento, como ya sabeís,
a su iluminación y a su partida de esta tierra. En este sentido , esta es para
vuestros hermanos budistas una fiesta unicamente de la tradición oriental budista
que no concierne mas que a los que son sensibles a la energía de Buda.
He aquí que desde el inicio del siglo, e incluso, igualmente
un poco antes de ello, una nueva energía ha llegado: una energia que tiene
tendencia a unir más que nunca dos grandes corrientes de pensamiento, dos
grandes corrientes de sensibilidad y dos rayos podriamos decir. El rayo Budico
y el rayo cristico.
El Wesak de vuestros hermanos de Shambhalla y de los quienes
le son afines, es de alguna manera una extensión del Wesak estrictamente
budista. He aquí la razón por la cual la energia a la cual deseariamos
llevaros, se separa un poco de la luna llena de Tauro. Es más universal. A
traves de la luna llena de Mayo se trata de recibir y de uniros a lo que sucede
realmente a nivel de una comunicación sutil entre vuestro hermano el Buda y
vuestro hermano Cristo. Es una fiesta real de retrasmisión de energias mientras
que la fiesta de la luna llena de Tauro es esencialmente una fiesta de
celebración.
No ignorais que entrais en una Era donde justamente las
fuerzas se desplazan y se transforman. No se trata en absoluto de oponer dos
Wesaks. No hay dos Wesaks , eso es bien cierto¡.Simplemente debeis comprender
que en el plano cósmico las energías estan en transformación y mutación y desde
el inicio de este siglo suceden cosas en planos que vosotros no podeis escuchar
ni ver. Es la razón por la cual si vais a celebrar el Wesak al lado de vuestros
hermanos y amigos budistas es preciso tener en cuenta desde ahora las bases de
un Wesak que no concierne solamente a una tradición sino que concierne al
conjunto del pueblo humano y eso sucede ahora en la luna llena de Mayo.
No cuestioneis nada mas sabed que hay una explicación logica
de todo ello.
Es una prologación de la antigua celebración que os es propuesta
por vuestros hermanos de Sambhalla, nada mas que eso.”
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CONOCIMIENTO SAGRADO,
TESTIMONIOS EXTRAHUMANOS
diumenge, 15 de maig del 2016
dimecres, 11 de maig del 2016
Un adolescente canadiense descubre una ciudad maya desconocida
Un
adolescente de Quebec (Canadá) ha descubierto una nueva ciudad maya
hasta ahora desconocida gracias a su teoría según la cual esta
civilización elegía el emplazamiento de sus ciudades siguiendo las
constelaciones.
William Gadoury se ha
convertido en una pequeña estrella para la NASA, la Agencia espacial
canadiense y la Agencia espacial japonesa JAXA, según informa Le Journal
de Montreal, por este hallazgo que está a punto de ser difundido en una
revista científica.
Este canadiense
de 15 años, apasionado por el mundo maya, encontró 22 constelaciones
mayas en el Codex Maya de Madrid y al colocar éstas sobre el mapa de
Google Earth, se dio cuenta de que las estrellas se corresponden con la
ubicación de las 117 ciudades mayas y las más brillantes coinciden con
las más importantes. Ningún científico se había percatado hasta ahora de
esta correlación entre las estrellas y el emplazamiento de las
poblaciones mayas.
William reparó que
una de las constelaciones, la número 23 formada por tres estrellas, no
tenía su correlación exacta en el mapa de las ciudades mayas ya que solo
existían dos. Según su teoría, tendría que haber una ciudad maya más,
la 118, en un lugar recóndito e inaccesible en la Península de Yucatán,
en México.
Los análisis realizados
con satélites por diferentes agencias espaciales internacionales han
revelado que efectivamente existe una pirámide y una treintena de
edificios en el lugar indicado por el adolescente, según informa Le
Journal de Montreal, que ha tenido acceso a las imágenes obtenidas vía
satélite en las que se aprecian diferentes estructuras que bien podrían
ser una antigua ciudad.
«Formas
geométricas, cuadradas o rectangulares, aparecen en estas imágenes,
formas que difícilmente pueden ser atribuidas a fenómenos naturales»,
afirma el especialista en teledetección de la Universidad de
Nouveau-Brunswick, Armand LaRocque.
El
joven William no solo habría descubierto una nueva ciudad maya. Puede
ser una de las de mayor tamaño. Ha llamado a esta ciudad perdida como
K’ÀAK’ CHI’, «boca de fuego».
«No
comprendía por qué los mayas habían construido sus ciudades lejos de los
ríos, en terrenos poco fértiles y en las montañas. Tenía que haber otra
razón, y como adoraban a las estrellas, se me ocurrió verificar mi
hipótesis. Me vi sorprendido y entusiasmado al darme cuenta de que las
estrellas más brillantes de las constelaciones correspondían a las
mayores ciudades mayas», indicó Gadoury a Le Journal.
De
momento, nadie se ha aventurado en la jungla en busca de la Boca de
fuego. William ha presentado sus trabajos a dos arqueólogos mexicanos,
pero aún no se han desplazado hasta el lugar. «Es una cuestión de
dinero. Organizar una expedición resulta horriblemente caro», explica
Armand LaRocque.
Los arqueólogos han
prometido a William que le llevarían en su expedición. Es lo que más
desea el adolescente. «Sería la culminación a tres años de trabajo y el
sueño de mi vida», dice.
Fuente: ABC
El adolescente
canadiense William Gadoury seguramente ingresará en la historia de la
arqueología con su hallazgo, ya que encontró un método muy particular
para localizar una ciudad maya basándose en las estrellas. Así descubrió
las ruinas en la península de Yucatán a las cuales bautizó K’ AAK’ Chi’
(boca de fuego).
ciudadmaya
De acuerdo a lo que señala el diario canadiense Le Journal de Montreal,
el joven no sólo podría haber descubierto una nueva ciudad maya, sino
una de las de mayor tamaño. Arrancó con la idea de que esta civilización
indígena instalaba sus ciudades siguiendo las estrellas. Por eso, y
gracias al Códice Tro-Cortesiano, Gadoury encontró 22 constelaciones
mayas que colocó sobre Google Maps.
Al realizarlo se dio cuenta de que las estrellas coinciden con la
ubicación de 117 ciudades mayas. Gadoury se percató que los astros más
brillantes coinciden con aquellos poblados más importantes. Entonces
analizó una vigésimo tercera constelación encontrada en otro libro y
descubrió que contenía tres estrellas que correspondían únicamente a dos
ciudades en el mapa. Su hipótesis, entonces, fue que tenía que existir
una ciudad número 118 en un lugar remoto y de difícil acceso de la
Península de Yucatán.
El Códice Tro-Cortesiano o Códice de Madrid.
El Códice Tro-Cortesiano o Códice de Madrid.
«No comprendía por qué los mayas habían construido sus ciudades lejos de
los ríos, en terrenos poco fértiles y en las montañas. Tenía que haber
otra razón y como adoraban las estrellas se me ocurrió verificar mi
hipótesis. Me vi sorprendido y entusiasmado al darme cuenta que las
estrellas más brillantes de las constelaciones correspondían a las
mayores ciudades mayas», le dijo Gadoury al periódico de Montreal.
Su teoría fue confirmada luego por el análisis realizado con satélites
por diferentes agencias espaciales internacionales que revelaron que
efectivamente allí, donde indicaba el chico, existe una pirámide y una
treintena de edificios. Allí se ven diferentes estructuras que bien
podrían ser una antigua ciudad.
William Gadoury (foto) se percató de que los mayas, al igual que los
antiguos egipcios, disponían sus poblaciones según las constelaciones.
William Gadoury (foto) se percató de que los mayas, al igual que los
antiguos egipcios, disponían sus poblaciones según las constelaciones.
El especialista en teledetección de la Universidad de Nouveau-Brunswick,
Armand LaRocque, señaló: «Formas geométricas, cuadradas o
rectangulares, aparecen en estas imágenes, formas que difícilmente
pueden ser atribuidas a fenómenos naturales».
El adolescente estuvo tres años tratando de probar su teoría y ahora
espera ser parte de la expedición que intentará confirmar la ubicación
de las ruinas. Pero hacer este tipo de viajes no es económico. El
canadiense presentó su trabajo a dos arqueólogos mexicanos que aún no se
han internado en el lugar, aunque prometieron llevarlo. «Sería la
culminación de mi trabajo y el sueño de mi vida», dijo el joven.
Una de las fotos satelitales en donde se observa una estructura con
ángulos definidos que podría pertenecer a una construcción de la ciudad
perdida.
Una de las fotos satelitales en donde se observa una estructura con
ángulos definidos que podría pertenecer a una construcción de la ciudad
perdida.
Artículo publicado en MysteryPlanet.com.ar: Un adolescente descubrió una ciudad maya oculta durante siglos http://mysteryplanet.com.ar/site/un-adolescente-descubrio-una-ciudad-maya-oculta-durante-siglos/
Artículo publicado en MysteryPlanet.com.ar: Un adolescente descubrió una ciudad maya oculta durante siglos http://mysteryplanet.com.ar/site/un-adolescente-descubrio-una-ciudad-maya-oculta-durante-siglos/
ADMINISTRADOR
Nota: Esta informacion debe matizarse, al parecer los restos hallados serian tan solo los de un antiguo campo de maiz, y por otra parte parece unanimemente reconocido entre la comunidad arqueologica que el motivo por el que las ciudades mayas se ubicaban a cierta distancia de rios era para evitar inundaciones. No obstante la hipotesis de partida es interesante y parece aconsejable estar atento a posteriores noticias al respecto.
Teniendo en cuenta que no soy periodista, esta rectificación y contraste posterior es mas de lo que muchos medios periodisticos suelen hacer.
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